Investigación

Por qué dejar el calzado en la puerta de casa según la ciencia

dejar el calzado en la puerta de casa
La ciencia muestra por qué dejar el calzado en la puerta de casa

La ciencia avanza y evoluciona a cada segundo que pasa para mejorar nuestra vida. Y ahora, a tenor de los últimos estudios, nos informa de la razón por la que es bueno dejar el calzado en la puerta de casa. Al parecer, esta costumbre tan habitual en muchos hogares orientales, principalmente Japón, realmente tiene razón de ser.

Lo cierto es que no hay demasiados estudios al respecto, pero los pocos que se han llevado a cabo dan la razón a los japoneses. Esta costumbre es realmente interesante y muy higiénica, como observamos a continuación.

Y es que, ya en 2012, un estudio llevado a cabo por el profesor de microbiología de la Universidad de Arizona Charles Gerba afirmó y demostró que cualquier zapatilla, y no solo la suela, sino todo el calzado, tras dos semanas de uso continuado y normal en la calle, acumula unas 420.000 bacterias.

Si piensas que 420.000 bacterias son muchas, hay comparaciones que todavía te harán creer que son muchísimas, ya que el inodoro, que podemos considerar que es foco de suciedad, en realidad solo suele tener unas 1000 o incluso menos, así que fíjate el foco de infección que puede ser el calzado al volver de la calle.

Dejar el calzado en la puerta de casa es una costumbre muy higiénica

Así pues, si dejas tus zapatillas o zapatos en la puerta de casa, estás evitando que un buen número de bacterias entren en tu hogar, y, de paso, en ti mismo.

Resulta que de las bacterias localizadas en el calzado, el 27% es la conocida y peligrosa Escherichia coli, más célebre como E. coli. Este ser habita en los intestinos humanos y animales, y podría llegar a nosotros debido al exceso de contacto con suelos de cuartos de baño de casa y de la calle y otros locales públicos.

Recordemos que esta bacteria es peligrosa, pues es causa de diarreas muy severas, además de que podría propiciar la aparición de otro tipo de enfermedades de diversos grados de gravedad.

Además de la E. coli, se han encontrado otras bacterias en gran número en los calzados que tienen contacto habitual con la calle, como son los casos de la K. pneumoniae, la Serratia marcescens o la Klebsiella pneumoniae. Es decir, que tanto las sepsis como las neumonías y otras enfermedades de carácter infeccioso se pueden originar en nuestros pies.

Así que, aunque no siempre sean los zapatos los causantes, está claro que pueden ser un foco peligroso, por lo que, mientras no estén en uso, mejor tenerlos alejados del hogar, especialmente dormitorios, cocinas y salones.

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