Una nueva forma de proteger la agricultura

Inventan una cosecha artificial capaz de resistir la sequía

Sequía.
Sequía.

La sequía puede definirse como uno de los peores males para todo aquel que se denomine agricultor. La falta de lluvias y la escasez de agua son dos enemigos mortales para una cosecha que espera nutrirse de todos y cada uno de los minerales del preciado líquido. España suele ser un país que cada año es asolado por la sequía, pero parece ser que a partir de ahora podrá evitarse este problema natural. A continuación te contamos todos los detalles de un novedoso descubrimiento que ha dado la vuelta al mundo: una cosecha capaz de resistir la sequía ¡No te lo pierdas!

Agricultura asegurada

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La sequía es el peor enemigo de la agricultura

La agricultura se enmarca como el sector que más agua dulce consume a nivel mundial. Un apartado fundamental de la civilización que tiene la misión de alimentar a millones de personas de cada territorio. Sin duda, un sector en el que el agua es fundamental y que suele sufrir cada año al peor de sus enemigos: la sequía. Sin embargo, un grupo internacional de investigadores, liderados por Stephen Long, han conseguido generar una especie de cultivo artificial que es capaz de utilizar un 75% de agua menos que los convencionales.

La clave de todo este proyecto reside en la alteración de un gen que se encuentra en todos los vegetales con la finalidad de que las plantas solo necesiten un 25% de agua para poder sobrevivir. “ Los rendimientos de los cultivos han mejorado constantemente en los últimos 60 años, pero la cantidad de agua requerida para producir una tonelada de grano permanece sin cambios, lo que llevó a suponer que este factor no podría cambiar. Demostrar que nuestra teoría funciona en la práctica debería abrir la puerta a mucha más investigación y desarrollo para alcanzar esta meta tan importante para el futuro”, explica Long.

Alteraciones genéticas

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La clave radica en la alteración de una  proteína fotosintética (PsbS)

La clave del estudio reside en aumentar los niveles de una proteína fotosintética (PsbS) con la finalidad de conservar el agua durante más tiempo. El resultado consiste en engañar a las plantas para que cierren los poros microscópicos de las hojas, impidiendo así que el agua se escape a través de sus estomas. El punto crítico radica en evitar que los estomas pierdan agua cuando se abren para alimentarse por medio de la fotosíntesis, y parece que lo han conseguido. «Cuando el agua es limitada, estas plantas modificadas crecerán más rápido y rendirán más sin tener que pagar el alto precio de sus contrapartes no modificadas”, comenta Katarzyna Glowacka, coautora del estudio.

Cabe destacar que este experimento mejoró ampliamente la eficacia de las plantas en cuanto al ahorro de agua se refiere. Todo ello sin sacrificar en exceso el proceso de la fotosíntesis. Increíble ¿verdad?

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