Evita que los virus acaben con tu placentero sueño

¿Cuántas veces deberías cambiar las sábanas? La ciencia tiene la respuesta

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Cambiar las sábanas debe convertirse en una costumbre semanal

Hacer la cama sin dejar ni una arruga en la colcha no vale. Lavar las sábanas se enmarca como una costumbre que debe ser obligatoria en todo dormitorio que quiera estar alejado de los virus. La cama se convierte en un auténtico epicentro de microorganismos y suciedad que no suele apreciarse a simple vista. Por eso es conveniente cambiar las sábanas cada escaso tiempo ¿Cuanto? No te preocupes, la ciencia tiene la respuesta que estás buscando ¡No te lo pierdas!

Un nido de virus

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Existen más virus de los que te imaginas

Unas sábanas usadas pueden tener muchos más microorganismos perjudiciales de los que jamás te hubieses imaginado. Cabe destacar que la cama es un lugar en el que pasas una gran cantidad de horas por lo que conviene mantener todos y cada uno de sus complementos en un estado realmente pulcro. No lo decimos nosotros, lo aseguran desde la Universidad de Nueva York, más concretamente gracias a un estudio liderado por el reputado microbiólogo Philip Tierno.

Según los expertos, una persona puede llegar a producir una media de 99 litros de sudor en la cama durante todo el año. Una humedad que se enmarca como el reclamo perfecto para los hongos. Algunos tan perjudiciales como el Aspergillus fumigatos, un microorganismo infeccioso que puede provocar problemas severos en los pulmones y el cerebro, y que suele ser bastante peligroso en personas inmunideficientes. Un virus que suele anidar en las almohadas sucias y que suele producir una de cada 25 muertes en los hospitales. Por eso, las almohadas de los hospitales se suelen cubrir con plásticos, una decisión que ha logrado disminuir ampliamente el número de infectados por este tipo de afecciones.

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Las clave es lavar las sábanas al menos dos veces por semana

Pero los hongos no son el único enemigo que puede encontrarse en unas sábanas sucias. A todo este panorama hay que añadirle condicionantes tan importantes como la saliva, las células de la piel o las secreciones del sistema reproductor. Elementos propios de los seres humanos que pueden generar contagio en otras personas o simples infecciones de calado problemático. Sin olvidarnos de los ácaros, esos pequeños parásitos a los que les encanta anidar en una cama bien sucia.

La solución a todo este problema es muy sencilla y se define en tan solo tres palabras: Lavar las sábanas. Lo más coherente, según los expertos, es cambiar las sábanas al menos dos veces por semana, siendo lo más conveniente lavar las mismas a una temperatura de entre 50 y 65ºC.

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