Generalitat de Cataluña

Torra aguantará la legislatura hasta 2021 intentando dejar caer a ERC por el camino

La salida de ERC del Govern facilitaría a Torra encontrar un sustituto interino una vez el Supremo haga firme su inhabilitación

Quim Torra coronavirus
Quim Torra conectado en una vídeo conferencia. (Foto: EP)
Joan Guirado

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, no convocará elecciones anticipadas en Cataluña. Pese al anuncio que hizo el pasado mes de enero, que las convocaría tras aprobar los presupuestos, ya validados, el jefe del Ejecutivo catalán se desdice y está dispuesto a acabar la legislatura. No obstante, la mala relación con sus socios de ERC, cada vez más tensa, podría provocar que la acabase solo. No hará nada para retener a los republicanos en su Govern. Fuentes de su entorno dejan claro que «si no están cómodos siempre se pueden ir».

Los de Oriol Junqueras hace meses que valoran el coste-beneficio de mantenerse pese «la incompetencia» de sus compañeros de Junts per Catalunya, dicen, o abandonar el Govern y dejar solo a Torra. Con 34 diputados, a los que podría sumar a los 3 de la CUP en un momento puntual, el president tiene muy difícil la gobernabilidad. No obstante, con las cuentas de este año aprobadas, siempre puede prorrogarlas.

Pero hay algo, en toda esta ecuación, que no depende de él. El Tribunal Supremo tiene guardado en un cajón su recurso de inhabilitación. Fuentes del alto tribunal consultadas por este periódico señalan que no lo revisarán antes de septiembre, por lo que hasta entonces puede aguantar, pero una vez lo miren y la inhabilitación sea firme, ya no tendrá la capacidad de disolver el Parlament y convocar él mismo las elecciones.

En todo caso, explican desde su entorno, su voluntad de acabar el mandato sería posible. Con el escenario de la inhabilitación en septiembre, y los dos meses que se abren de plazo tras el primer intento de investidura de otro candidato que se produciría a los diez días, y que difícilmente lograría los apoyos, el legislativo catalán se disolvería ya a finales de noviembre y las elecciones serían igualmente ya en 2021, cuando toca.

Desde el partido de Carles Puigdemont siguen con el mantra de que no quieren que la justicia condicione el calendario electoral catalán. Por eso, debido a la imposibilidad de gobernar junto a ERC y ante la inhabilitación inminente antes de la pandemia, Torra se disponía a marcar el timing convocando a los catalanes a las urnas.

No obstante, gracias a la paralización de los tribunales provocada por la crisis del coronavirus, sea cuando sea la inhabilitación ya permitirá agotar la legislatura e ir a las urnas cuatro años después de la última vez, en 2017. De esta forma, Torra, lograría completar un mandato completo, algo que hace años no se produce en una política catalana muy inestable.

Pere Aragones
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, su vicepresidente, Pere Aragonès. (Foto: AFP)

La salida de ERC

Aunque él no les va a echar del Govern, si ERC decide abandonar el Ejecutivo, sería celebrado en el cuartel general de JxCAT. Lo que en condiciones normales generaría una gran crisis de gobierno, ahora sería un favor a los post convergentes. Y es que, una vez sea firme la inhabilitación de Torra, el vicepresidente Pere Aragonès (ERC) pasaría a ser el máximo representante de la Generalitat. Aunque no podría convocar elecciones, ya que sería interino, ocupar el cargo beneficiaría mucho a los republicanos. Por las fechas, incluso Aragonés sería el encargado de pronunciar el discurso navideño.

La ley catalana no permite más de un vicepresidente, por lo que antes de ser inhabilitado Torra tampoco podría nombrar a nadie de su partido para evitar el ascenso de su número dos. Aunque están estudiando otras fórmulas, como la de un conseller en cap, si ERC decide abandonar le facilita mucho las cosas.

Cataluña volverá a la agenda

Lo que ocurra en Cataluña entre septiembre y diciembre 2020 será crucial para la agenda política española. Si, tal como todo apunta, tras el cese de Quim Torra los partidos no logran ponerse de acuerdo para nombrar a un nuevo president, las elecciones se celebrarían a finales de diciembre. De esta forma los comicios catalanes coincidirían de lleno con la negociación de los Presupuestos Generales del Estado.

Fuentes de ERC ya avisan de que, de coincidir en el tiempo los comicios -que pueden ganar por primera vez- y el trámite parlamentario de las cuentas públicas, los trece diputados que dirige Gabriel Rufián en el Congreso no podrán facilitar la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado. Eso deja a Pedro Sánchez en una tesitura difícil. La maniobra de sumar a Ciudadanos y el PNV, como en las dos últimas prórrogas del estado de alarma, es casi imposible para unos presupuestos que llevarán la marca de Podemos.

A todo eso, recuerdan, que tras la inhabilitación de Quim Torra no se produzcan nuevos incidentes en la calle como pasó el año pasado tras la sentencia del procés. Si eso ocurre, con una sociedad que acarreará aún muchas consecuencias económicas y sociales de esta crisis del coronavirus, y con un posible segundo rebrote que obligue a confinar de nuevo a la población, el escenario se vuelve gris oscuro.

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