Cuidados del bebé

Piel del recién nacido: Cómo cuidarla desde el nacimiento

Saber cómo lavar la piel, cómo cambiar el pañal y elegir bien los productos de higiene y las telas nos permitirá cuidar bien la piel del recién nacido.

piel recién nacido
Cómo cuidar bien la piel del recién nacido
Blanca Espada

La piel del bebé tiene algo especial que atrae a los padres desde el primer momento. No es solo su suavidad, sino también su olor, pero es también una piel muy delicada que se agrieta fácilmente o que puede enrojecerse sin más. Conozcamos ahora todo sobre la piel del recién nacido y cómo cuidarla desde el nacimiento.

Piel del recién nacido: Cómo cuidarla desde el nacimiento

Es importante que desde el primer día, los padres dediquen un cuidado especial a la piel del recién nacido. No es casualidad que ya en el hospital las enfermeras pediátricas se hagan cargo de los bebés hijos lavarlos y no solo inmediatamente después del parto. Una vez que estemos en a casa tras salir del hospital, el primer baño no se producirá hasta que se caiga el muñón del cordón umbilical, pero es cuestión de días y además tampoco quiere decir que no podamos lavar al bebé y cuidemos su piel al máximo. Veamos todo lo que podemos hacer.

Elige bien los productos

Como ya hemos mencionado, la piel del recién nacido es extremadamente delicada. No todos los bebés tendrán el mismo tipo de delicadez, pero tenemos que pensar que es realmente delicada y debemos ir con cuidado a la hora de aplicar determinados jabones o productos. En este sentido, para  lavarlos, debemos tener el máximo respeto por su piel, considerando también el hecho de que los sistemas de protección aún no están completos y que la capacidad de absorción es muy alta.

¿Qué productos elegir? La primera (y quizás única) regla es que deben ser aquellos que contengan la menor cantidad posible de elementos químicos. El riesgo es causar inflamación que puede ser muy molesta. Las reacciones alérgicas también pueden ocurrir en niños sensibles.

Por lo tanto, es importante aprender a leer las etiquetas de jabones y del gel de babño. Se debe conocer la denominada Inci (nomenclatura internacional de ingredientes cosméticos), es decir, la nomenclatura que, a nivel internacional, se da a los componentes de los cosméticos. Por ejemplo, ¿sabía que el primer ingrediente que ve escrito en la etiqueta es el que está presente en la mayor cantidad?

Entre los que hay que evitar están:

  • Tensioactivos derivados de la refinación de petróleo (se escriben como laureth sulfato de sodio, laurilsulfato de sodio, laurilsulfato de amonio y otros). Es mejor preferir productos que tengan tensioactivos naturales y vegetales, como el glucósido de coco, el glucósido de decilo.
  • Otros ingredientes derivados del aceite como Paraffinum Liquidum, PEG y PPG, aceite mineral, vaselina.
  • Ingredientes altamente contaminantes como EDTA, MEA, TEA, MIPA.
  • Ingredientes altamente alergénicos (ejemplos son triclosán e imidazolidinil urea, DMDM ​​hidantoína, metilisotiazolinona y metilcloroisotiazolinona, utilizados como conservantes).
  • Siliconas como Polyquaternium-80, Dimeticona y Amodimeticona.

La piel y los pañales del bebé

Elegir el pañal correcto no es tan simple. El problema no es solo la capacidad de contener la orina y las caquitas del bebé, sino también no irritar la piel del bebé. Es aquí cuando nos daremos cuenta que la cuestión del bebé puede llegar a ser algo realmente subjetivo. Para algunos, cierta marca será perfecta, mientras que para otros pueden ser molesta. Prueba varias y encuentre la que sea adecuada para tú bebé. También existe la posibilidad de pañales lavables, que tienen muchas ventajas (en primer lugar, el hecho de que están hechos de algodón, por lo tanto, respetan más la piel), pero requieren un mayor esfuerzo.

A la hora de cambiar el pañal, es importante que lo hagamos varias veces al día, en especial cuando se trata de un recién nacido. Pero es muy importante mantener los genitales y las parte interna de las piernas secas y limpias. Las erupciones del pañal pueden ser muy molestas y es una buena práctica cambiarlos tan pronto como estén sucios o muy húmedos.

Lavar al recién nacido

¿Cómo lavar a nuestros hijos para proteger su piel? Todo lo que se necesita es un poco de agua tibia y, como máximo, una gota de jabón liquido neutro diluido en la mano con agua, para realizar una buena limpieza. Para secar al bebé, es importante secar con una toalla suave o, mejor aún, con una toalla de algodón: no la frotes, especialmente si ya hay enrojecimiento.

Si la piel está irritada o agrietada, se puede aplicar un poco de crema de óxido de zinc. Se necesita muy poca. Es muy pastosa de modo que no te pases con ella ya que se corre el riesgo de ensuciar todo y tener que lavar al bebé de nuevo.

El baño del recién nacido

Una vez se haya caído el muñón del recién nacido ya vamos a poder bañar al bebé en la bañera, pero ¿con qué frecuencia hacerlo? Depende de cada uno. Si es un momento de relajación o si es parte de una rutina consolidada (baño / comida para el bebé/ hora de acostarse), pero nada te impide hacerlo todos los días, pero ciertamente no es una regla. También se puede hacer solo 3-4 veces a la semana.

El baño de burbujas debe ser muy delicado, sin perfumes ni sustancias agresivas para la piel del bebé. En caso de piel agrietada, será señal que necesita estar muy hidratada, así que puedes optar por el aceite de almendras que tiene la capacidad de suavizar la piel y enriquecerla. Los mismos consejos también son buenos para el cabello. Champú ligero, no todos los días y sin frotar demasiado fuerte.

Después del baño, seca con delicadeza al bebé, sin el uso de aceites o de polvo de talco que aunque son muy populares, solo se corre el riesgo de causar alergias, dañar la piel u obstruir los poros.

Toallitas húmedas: cuándo usarlas

La respuesta es fácil: cuando estás fuera de casa y, por lo tanto, no tienes la oportunidad de lavar bien al bebé. En resumen, deben usarse como un «remedio de limpieza de emergencia» cuando salgas a pasear o al centro comercial. Mejor no hacer del uso de ellas un hábito. Y no solo por el costo de las toallitas, sino porque a la larga no son buenas para la piel del bebé. Incluso las que son más delicadas, las orgánicas, nunca van a poder sustituir a un buen chorro de agua tibia.

Piel del recién nacido: problemas comunes

Desde el nacimiento, es necesario esperar aproximadamente un año para que la piel del bebé sea menos frágil de lo que parece al nacer. Por ejemplo, ¿alguna vez has notado lo delgada que es inmediatamente después de dar a luz y cómo tiende a desprenderse? Es absolutamente normal y fisiológico suceder y generalmente pasa muy temprano. Es posible que el pediatra te aconseje que la ablandes con un poco de crema, pero generalmente no se necesitan medicamentos.

Existen muchos otros «problemas» con la piel del recién nacido, aunque no todos sufren de ellos. Pueden ir desde el acné neonatal (con muchos granos en la cara como reacción a las hormonas de la madre), dermatitis atópica, o la dermatitis del pañal. Es aconsejable buscar el consejo del pediatra que seguramente encontrará la solución más adecuada.

Elige las telas adecuadas

Todo lo que esté en contacto con la piel del bebé debe ser suave y posiblemente hecho de fibra natural. De ahí la importancia de elegir bien también las telas de la ropa que le ponemos al recién nacido. El algodón, el lino y la seda son tejidos perfectos ya que apenas pueden causar irritación u otros problemas. Los sintéticos, por otro lado, pueden no permitir que la piel respire. Esto no es bueno incluso para los adultos. Imagínate entonces para un niño pequeño, así que es mejor evitar los sintéticos. ¿Y la lana? Puede ser esencial para abrigar al bebé pero cuidado porque puede producirle también picor.

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