Qué causa el impétigo en los niños

¿Con qué frecuencia encuentras ampollas, pústulas y otros signos en la piel de los niños que siempre te hacen temer por su salud? La piel, especialmente en los niños, está sujeta a numerosos cambios y está expuesta a diversos riesgos de infecciones e inflamación. Uno de los más comunes es el llamado impétigo, que en los niños puede tomar diferentes formas y manifestarse con diferentes síntomas. Veamos qué causa el impétigo en niños y cómo se debe tratar.

Qué causa el impétigo en los niños

Desde el punto de vista clínico, el impétigo es una infección bacteriana que afecta principalmente a niños menores de diez años , con una incidencia de alrededor del 12% de la población infantil mundial. Esta es precisamente la forma superficial de pioderma (llagas) y su manifestación es más frecuente durante los meses de verano.

El clima húmedo y caluroso puede favorecer el curso del impétigo dado que  es una condición que se ve facilitada por factores que  comprometen la integridad de la piel como traumatismos menores, picaduras de insectos, rascado inducido por dermatosis con picor (sarna, eccema) o porque hace calor.

La causa real sin embargo, está dada por bacterias gram positivas, a saber, Streptococcus pyogenic y Staphylococcus aureus . Otros factores de riesgo son el hacinamiento y la falta de higiene.

Los síntomas del impétigo

Hay dos formas de impétigo : con ampollas y sin ampollas. La forma más común es la no ampollosa que afecta principalmente a manos, pies y cara y se manifiesta a través de vesículas que luego se convierten en costras amarillentas. La forma ampollosa , en cambio, se caracteriza por ampollas que afectan principalmente a la zona del pañal , el cuello y las axilas del bebé .

Por tanto, los síntomas son los de prurito en las zonas donde se han formado las ampollas cutáneas. Estas son inicialmente de tipo seroso y luego se transforman en abrasiones y costras amarillentas que infectan las áreas circundantes a aquellas donde ha aparecido la ampolla.

¿Cómo se trata?

Si se trata con prontitud, el impétigo en los niños tiene una evolución benigna que se resuelve, en infecciones no complicadas, en pocas semanas y sin dejar ningún signo de las lesiones.

Las complicaciones del impétigo pueden ser infecciosas o no infecciosas. En el primer caso tenemos osteomielitis, neumonía, artritis séptica y sepsis. En las formas no infecciosas, sin embargo, las principales complicaciones son la escarlatina y la psoriasis guttate.

El diagnóstico de impétigo es clínico y se utilizan pruebas moleculares en un hisopo de lesiones cutáneas para identificar los patógenos responsables de la infección .

Pero, ¿cuáles son los tratamientos correctos para el tratamiento del impétigo en los niños ? Es útil distinguir entre terapia tópica y sistémica :

• La terapia tópica , a base de antibióticos como ácido fusídico, mupirocina y retapamulina, se recomienda para formas de impétigo menos extensas . Esto se debe a que la terapia con antibióticos tópicos tiene la ventaja de aplicar una dosis alta de fármaco en el área objetivo con una absorción sistémica limitada.
• Sin embargo, para infecciones más extensas con muchas lesiones, la terapia más eficaz es la terapia sistémica , que también tiene como objetivo reducir rápidamente el riesgo de transmisión.

Impétigo en niños: ¿puede producirse una recaída?

Sí, el impétigo tiene recaídas muy frecuentes , pero no es síntoma de una insuficiencia inmunológica. La reincidencia también viene dada por la facilidad con la que la infección por impétigo puede ocurrir en los niños .

El niño con impétigo es el principal canal de transmisión de la infección , pero no el único. La transmisión de la infección, de hecho, también puede ocurrir a través de objetos contaminados . El impétigo tiene un período de incubación de aproximadamente 7 a 10 días y el niño infectado es contagioso durante aproximadamente 24 horas después de que se inicia una terapia eficaz.

Los desinfectantes tópicos no se consideran buenos para tratar el impétigo, pero pueden tener cierta eficacia para prevenir la recurrencia.