¿Tu hijo te pone de los nervios? Todo lo que necesitas saber sobre qué hacer

Perder los nervios
Tu hijo te pone de los nervios

Porque es muy rebelde, porque no te hace caso, porque su manera de solventar las situaciones es con pataletas…Por esas y otras muchas razones tu hijo te pone de los nervios con cierta frecuencia. Y no sabes qué hacer, cómo afrontar lo que ocurre en pro de no tener que llegar a ese punto en el que te desquicias. A continuación, te contamos cómo educar a tu hijo sin perder los nervios. Descubre porqué llegáis a ese punto, cómo debes comportarte o cómo puedes evitar que viváis en continua tensión.

¿Por qué se produce?

A la hora de encontrar causas que puedan explicar porqué explotan tus nervios con el comportamiento o actitud de tu hijo hay muchas. No obstante, entre las más habituales podemos destacar algunas como las siguientes:

  • Una de las principales razones que vienen a dar un motivo de que tu pequeño consiga sacarte de tus casillas está en que le has consentido demasiado desde temprana edad. El hecho de permitirle hacer y decir lo que quería porque era el único hijo o porque era el consentido de la casa ahora propicia que quiera seguir siéndolo, aunque tú desees que empiece a actuar de otra manera.
  • De la misma manera, otra clave de que os encontréis viviendo una situación tensa es que el menor tiene mucho carácter. Si, además, se da la circunstancia de que para evitar conflictos has ido cediendo para que no montara ninguna pataleta, todo se complica. Claro, porque intentará seguir comportándose como hasta ahora, como tú le has permitido.

¿Por qué te pone de los nervios?

Las causas citadas y otras muchas más son las que traen consigo que, en más de una ocasión, el pequeño te ponga de los nervios. Esas simplemente pueden ser el detonante de que te pongas inquieto, de que incluso llegues a hablar más fuerte de lo que deberías e incluso a decir cosas que no quieres.

En ese caso, debes ser consciente de que hay otros factores que pueden ejercer también como cerilla de tu carácter. Nos estamos refiriendo al hecho de que puede ser que pierdas más fácilmente los papeles porque tienes estrés, porque te encuentras desbordado con la conciliación laboral y personal, porque tanta tensión en casa te ha agotado la paciencia por completo…

¿Cómo evitar que se produzca esa tensión?

Si lo que deseas es tomar medidas para prevenir que esa situación de perder los nervios no vuelva a producirse, debes tener en cuenta las siguientes consejos:

  • Es importante que toda la familia os sentéis alrededor de la mesa y acordéis unas normas que hay que cumplir. Pero no solo esas sino también las consecuencias que traerá consigo el no llevarlas a cabo. De esta manera, se acabarán las disputas pues si establecéis que cada persona tiene que arreglar su habitación, tu hijo ya no tendrá excusas para no hacerlo. Es más, sabrá que si no la limpia tendrá su pertinente “sanción”.
  • No menos relevante es que aprendas a contar hasta 1.000 si hace falta antes de perder la paciencia, de ponerte a gritar…Eres el adulto y, por tanto, el que tiene que dar ejemplo. No te puedes permitir desquiciarte porque eso hará que tu hijo se dé cuenta de que puede “manipularte” y conseguir lo que desea de manera fácil.
  • Fundamental es también que apuestes en todo momento por utilizar la comunicación en el hogar. Háblale a tu hijo, recuérdale las normas y las consecuencias de no acatarlas, es decir, los castigos que le impones si no las ha llevado a cabo. Con la comunicación quedará todo claro, no hay que recurrir a nada más.
  • Apuesta por el refuerzo positivo. Cuando cumpla las normas y se comporte adecuadamente dale la enhorabuena, felicítale. Esto le subirá la autoestima y le hará aprender que actuando así el ambiente es mejor en casa y vuestra relación más feliz.

Perder los nervios
Medidas a tomar para no perder los nervios

¿Cómo corregir la situación?

Si te ves envuelto en una nueva situación en la que el menor está otra vez a punto de hacerte perder los nervios, sigue estos consejos que te ayudarán a corregirla, a ponerle fin:

  • Primero, respira, relájate y gestiona tu rabia o enfado. Ya sabes que ponerte como un “basilisco” no te va a llevar a ningún lado, todo lo contrario, va a hacer sentir a tu hijo que “ha vuelto a ganar la batalla”.
  • Muestra empatía, es decir, ponte en su lugar e intenta entender porqué actúa de esa manera que no te gusta.
  • No te lo tomes como algo personal. Con esto nos referimos a que seas consciente de que su comportamiento es básicamente porque pretende conseguir algo, no porque quiera sacarte de tus casillas sin motivo. En este caso, piensa que quizás tú lo has podido acostumbrar a usar esa herramienta para alcanzar sus propósitos.

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