Emocionante: hombre solo adopta a niños enfermos muy graves

Aunque, en ocasiones, nos topemos con el hecho de que hay casos que vienen a demostrar la crueldad del ser humano, hay otras en que es totalmente diferente. Se dan situaciones que dejan patente que la solidaridad y el altruismo no tienen límites. Y este sería el caso viral que ahora hemos descubierto: un hombre solo adopta a niños enfermos muy graves.

La publicación “Los Angeles Times” es la que ha procedido a exponer esta historia que, ante todo y sobre todo, emociona.

Sigue leyendo y descubrirás todos los datos al respecto.

El protagonista

Mohamed Bzeek. Este es el nombre del varón que ahora ha saltado a los medios de comunicación porque hace algo realmente admirable. Abre las puertas de su hogar a niños que necesitan ser adoptados y que tienen una particularidad: sufren alguna enfermedad muy grave. Sí, se trata de pequeños que son rechazados en otras familias porque su estado de salud pende de un hilo, padecen patologías de tipo terminal.

Origen de su altruismo, adopta a niños enfermos

En la década de los años 80 fue cuando este hombre y su entonces esposa, Dawn, comenzaron a ser solidarios con pequeños que necesitaban en sus últimos días ser atendidos adecuadamente y recibir cariño. La mujer había hecho algo parecido estando soltera y una vez que contrajo matrimonio Mohamed le animó a que lo hicieran juntos.

Así fue como comenzaron cuidando de una niña con un severo trastorno medular que falleció unos dos años después. Una pequeña que les causó un dolor cuando murió, pero que les vino a concienciar aún más de que era necesario que continuaran con esa labor.

Los pequeños que han recibido sus atenciones

Unos diez niños gravemente enfermos son los que han recibido en el hogar de nuestro protagonista el mayor amor del mundo en sus últimos compases de vida. En concreto, entre esos se encuentran pequeños con casos muy duros, como estos:

La menor que tenía una compleja malformación en el cerebro y que murió en brazos de Mohamed a los ocho días de estar en casa.

Un niño que contaba con un problema de intestino corto y que, durante ocho años, siempre contó con el cariño y los cuidados de este hombre. No le dejó ni una vez a solas en las casi 170 veces que tuvo que acudir al hospital.

Sus propios hijos

Todo el mundo podría llegar a pensar que Mohamed tiene esa necesidad de ayudar como una manera de poder suplir el que no tiene hijos. Pero no es así. Junto con su esposa, ya fallecida y a la que echa de menos a pesar de haber separado años antes, tuvo a un varón. Este cuenta actualmente con 20 años y hay que resaltar que vino al mundo con enanismo y también con la enfermedad conocida popularmente como “huesos de cristal”.

Este es el único hijo biológico que tiene, pero también considera como tal a una pequeña que adoptó cuando era un bebé y que, en la actualidad, cuenta con 6 años. La misma sufre una rara enfermedad que afecta, sobre todo, al cerebro y que provoca que sufra desde convulsiones hasta una absoluta incapacidad para moverse por sí sola, ya que no puede mover las extremidades.

A esta menor los doctores le daban poca esperanza de vida. Sin embargo, con los cuidados y atenciones de su padre ha logrado romper con todos los pronósticos. Así, hoy sigue luchando día a día y lo hace gracias a ese adulto, que se desvive por atenderla y darle el cariño que necesita. Tanto es así que los médicos que llevan su caso creen que es un verdadero milagro.

Nos hace reflexionar

Sin lugar a dudas, nadie que conozca esta historia puede quedar impasible ante la misma. Seguro que se asombra de la capacidad que tienen ciertas personas para poder entregarse en cuerpo y en alma a los demás y de manera desinteresada.

Mohamed es un ejemplo para cualquiera, porque lucha a diario por sus hijos y porque, sin esperar nada a cambio, entrega su cariño, su casa y sus atenciones a pequeños que lo necesitan. A niños que no tienen esperanza de vida, pero que se marchan de este mundo sintiéndose especiales y queridos.

Casos como este nos dejan claro que hay que tener esperanza en el ser humano, que, aunque, a veces nos resulte un verdadero horror, puede realizar las más hermosas obras por los demás.

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