Niña muere ¡por el puñetazo que le da su madre!

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Aunque se intenta incentivar e impulsar que a la hora de educar a los hijos no hace falta recurrir a la violencia, hay quien considera que un cachete a tiempo es apropiado. Y eso sin olvidar a los que no únicamente optan por una bofetada sino por algo más, como es el caso que ahora nos ocupa. Se trata de un hecho trágico que nos ha informado de que una niña muere por el puñetazo que le ha dado su madre.

Sí, como lo estás leyendo. A continuación, te contamos todo el caso a fondo:

¿Dónde ha sucedido?

Hasta Estados Unidos tenemos que viajar, simbólicamente hablando, para encontrar el escenario de los hechos que ahora nos ocupan y que han conmocionado a todo el mundo. Más exactamente el lugar de los mismos ha sido Illinois, que es donde reside la familia que ahora tiene que hacerle frente a una situación realmente trágica.

Las protagonistas

Dos son las figuras en torno a las cuales gira este suceso que no deja indiferente:

  • Nicholette Lawrence, es la mujer de 34 años que ha provocado el fallecimiento de su hija debido al fuerte puñetazo que le dio en el estómago.
  • Raashanai Coley, de 11 años, que ha fallecido estos días como consecuencia de los malos tratos que sufría en su hogar, concretamente por parte de su madre.

Los hechos

En estas pasadas jornadas es cuando tuvieron lugar los hechos que han acabado de manera trágica, con la muerte de la menor.

No se sabe aún qué fue lo que despertó a la “fiera” de la madre, lo que sí se tiene claro es que la mujer no dudó en darle una paliza de considerables dimensiones a su hija. Hasta tal punto llegó la violencia que desató esa progenitora que hizo que le rompiera varias costillas a la menor, provocando así que le perforaran el estómago. No obstante, el golpe definitivo que le asestó fue un fuerte puñetazo en la zona del abdomen que provocó que la pequeña cayera fulminada al suelo.

Consecuencia: la niña muere

No se sabe aún quién encontró a la niña tirada en el piso de la casa familiar ni tampoco quién dio el aviso a la policía y al servicio de emergencias. Lo que sí se ha dado a conocer es que estas autoridades llegaron a la vivienda y se encontraron en estado inconsciente a Raashanai. Por este motivo, rápidamente decidieron trasladarla al hospital para que pudiera ser atendida como correspondía.

No obstante, los médicos y enfermeros que la asistieron nada pudieron hacer por su vida. Y que el puñetazo final que le había dado su madre, además de los golpes anteriores, habían provocado que el estómago de la pequeña reventara y eso había provocado que muriera. Así, lo certificó la autopsia que se le realizó posteriormente, el citado puñetazo había hecho que falleciera sin remedio.

Una circunstancia esta que, como es lógico, trajo consigo que los agentes encargados de su caso procedieran a detener a la adulta, que en su declaración manifestó que sí, que le había dado un puñetazo a su hija.

La sentencia

Horrorizados es como se encuentran tanto los profesionales médicos como los policías y abogados que están participando en la resolución del caso. Lo están no únicamente por la manera de morir de Raashanai sino por cómo estaba se encontraba.

Sí, porque además de recibir el correspondiente puñetazo, la muchacha tenía marcas y señales por todo el cuerpo que dejan patente que en vida había sufrido un verdadero calvario:

  • Presentaba marcados signos de desnutrición, lo que dejaba patente que en casa no era alimentada como es necesario para su edad, en la que estaba creciendo y desarrollándose.
  • Tenía marcas de cicatrices que estaban ya curadas y que eran de tiempo atrás.
  • Contaba, de igual modo, con marcas de quemaduras de cigarrillos, que venían a indicar que, también, quienes estaban a su cargo no dudaban en producirle daño con tabaco quizás a modo de castigo.

Por todo eso y mucho más, queda patente que la niña sufrió un auténtico infierno desde hace años en su propio hogar y por parte de su familia. Un infierno que ha acabado con su muerte y con su madre en prisión, como así lo ha dictaminado un juez.

En concreto, la pertinente autoridad judicial, tras analizar a fondo los informes y pruebas presentadas, no ha dudado en manifestar que la menor parece que ha estado viviendo en un campo de concentración. De ahí que su sentencia venga a condenar a la progenitora a un total de 43 años de cárcel, sin posibilidad ninguna de poder salir antes de ese tiempo por buen comportamiento.

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