Niño muere porque sus padres, en vez de llevarlo al hospital, se dedican a rezar por su curación

Afortunadamente hay libertad de culto, de religión, de opinión, de creencias…Sin embargo, habría que evitar que la misma acabe dañando otros derechos, como el derecho a la vida o a una asistencia médica. Decimos esto porque un niño de 7 años ha muerto después de que sus padres, en lugar de llevarle al hospital cuando se sentía mal, se dedicaran a rezar por su curación.

Estaría bien que los progenitores crean en lo que quieran, pero que no perjudiquen a sus menores por lo que piensan, sienten o por los prejuicios que posean.

Sigue leyendo y conoce este caso.

Los protagonistas

Tres podemos decir que son las figuras en torno a las cuales gira la noticia que a todos nos ha sobrecogido:

• Seth Johnson, es el niño de 7 años que ha fallecido a raíz de la decisión tomada por sus papás.
• Los progenitores del menor estadounidense, residentes en Minnesota (Estados Unidos), que ahora se enfrentan a una acusación de negligencia debido a las consecuencias mortales de sus decisiones.

Los hechos

El origen de esta noticia se encuentra varias semanas atrás, cuando Seth comenzó a sentirse muy mal. Sin embargo, sus padres consideraron que mejoraría, que se le pasarían los síntomas y las molestias que tenía. Por eso, partiendo de esa idea, decidieron no llevarle al hospital, ya que, según han comentado, no confían demasiado en los médicos por determinadas experiencias previas.

Tan confiados estaban en que su hijo menor mejoraría que no dudaron en marcharse el fin de semana fuera de la ciudad, para asistir a una boda. Se fueron y lo que hicieron fue dejar al niño a cargo de su hermano de 16 años, que tuvo que encargarse de cuidarle, de asistirle, de aliviarle…

Sin embargo, ese adolescente veía que el pequeño empeoraba por momentos su estado era cada vez más crítico. Por eso, no dudó en telefonear a sus padres y darles cuenta de que tenían que volver, que Seth no mejoraba, todo lo contrario.

Padres deciden rezar por su curación

Después de la llamada de alerta de su hijo mayor, los adultos regresaron de inmediato a casa y así fue como se dieron cuenta de que su primogénito tenía razón. El menor de la casa estaba muy mal. Pero, ¿qué hicieron? Lo lógico hubiera sido llevarle al hospital para que hubiera podido ser atendido por los médicos como era necesario, para que se le realizara un diagnóstico y para que se le pusiera el conveniente tratamiento.

Sin embargo, no fue eso lo que hicieron. En su caso, se dedicaron a rezar. Sí, como lo estás leyendo. El hecho de que tengan prejuicios respecto a los médicos y a las funciones que realizan trajo consigo que decidieran que lo mejor que podían hacer era pedirle a Dios que curara al menor, que consiguiera que se pusiera bien y que todo quedara en un simple susto.

Una reacción paternal que no podemos llegar a entender por más que respetemos la libertad de creencias y de opinión de cualquier persona.

Polémica

Al final, como te hemos dado a conocer al principio del artículo, lo que se ha producido es el fallecimiento del menor de 7 años. Una muerte que ha sido analizada y que ha venido a dejar patente que fue debido a que sufría una severa pancreatitis. Enfermedad esta que estuvo sufriendo y padeciendo durante semanas sin recibir ningún tipo de consuelo ni medicación.

Como es de esperar, el caso de Seth no ha pasado desapercibido para nadie, ni siquiera para las autoridades. Por ese motivo, estas han decidido actuar y han puesto en marcha una investigación para esclarecer los hechos. Todo eso al tiempo que los citados padres se encuentran ahora teniendo que hacerle frente a la acusación por un delito de negligencia. De ahí que en los próximos días tengan que personarse ante un juez de Minnesota para contar lo sucedido y para hacerle frente a las consecuencias que ese establezca.

De la misma manera, todo este caso ha traído consigo que sean numerosos los datos que están saliendo ahora a la luz sobre esta familia y sobre el pequeño fallecido. Así, en concreto, en distintos medios de comunicación locales se ha procedido a hacer público, según fuentes policiales, que el niño ya había sido diagnosticado de trastorno reactivo y alcoholismo fetal.

Ahora lo que queda es esperar a ver qué decisión toma el juez y cómo se depuran responsabilidades. No obstante, diga lo que diga la sentencia, la realidad es que un pequeño ha muerto sin asistencia médica y sin que se le diera la oportunidad siquiera de poder mejorar y ser tratado convenientemente.

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