Una madre y su hija se tatúan un lazo rosa en la cabeza para celebrar el fin del tratamiento contra el cáncer

Una madre y su hija se tatúan un lazo rosa en la cabeza para celebrar el fin del tratamiento contra el cáncer
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Muchos son los casos que conocemos en los que los padres dejan patente el amor hacia sus hijos procediendo a hacer cosas inesperadas y emotivas. Este sería el caso del adulto que se tatuó la misma cicatriz que una operación dejó a su hijo o el de la madre que se rapó el pelo con la misma huella que una intervención por un tumor había dejado en la cabeza de su pequeña.

Pues bien, hoy nos hemos despertado con una noticia similar a las anteriores pero en la que la persona que demuestra su amor incondicional a un ser querido es la hija a su madre. Sí, dos mujeres estas que no han dudado en tatuarse en la cabeza un lazo rosa como una manera de celebrar que la progenitora ha puesto fin a su tratamiento contra el cáncer.

¿Dónde ha sucedido?

Desde Estados Unidos nos llega esta historia de amor madre e hija, concretamente desde Texas que es donde ambas residen en la actualidad.

Las protagonistas

Como ya te podrás imaginar, dos son, de manera indiscutible, las protagonistas de esta noticia que a nadie deja indiferente, que a todos nos toca la fibra sensible:

  • La madre, Verónica Quintanilla, que acaba de terminar su último tratamiento contra el cáncer.

  • La hija, Victoria Vargas, que no ha dudado en demostrarle a su progenitora en todo momento el amor sin límites que siente por la misma y que siempre la va a tener a su lado para lo que necesite.

Su dura y emotiva historia

Como ocurre de manera trágica en tantas y tantas familias, la de los Vargas-Quintanilla se vio hace unos años duramente golpeada cuando a la matriarca se le detectó un cáncer. Una enfermedad esta que cayó como un jarro de agua fría, pero que trajo consigo que todos se unieran más que nunca en apoyo a la madre, especialmente su hija que no dudó en raparse el pelo por completo cuando a aquella se le cayó el suyo por culpa de los fuertes tratamientos oncológicos a los que tuvo que someterse.

Afortunadamente salió de aquel duro trance, pero tiempo después se le volvió a informar de que había aparecido un cáncer de mama. Y fue ahí nuevamente cuando Victoria no dudó ni un solo instante en estar al lado de su progenitora, en apoyarla, en animarla cuando lo necesitaba y en dejarle patente que estaba ahí para todo.

En estas pasadas semanas, Verónica acabó el último tratamiento de quimioterapia trayendo consigo una absoluta felicidad para toda la familia y especialmente para sí misma. Y fue entonces cuando su hija le planteó acometer una acción que sirviera no sólo para dejar claro el fuerte vínculo que las une sino también para poder cerrar el capítulo del cáncer de manera definitiva.

En concreto, la joven le propuso a su madre que ambas se tatuaran en la cabeza unos lazos de color rosa. Y así lo hicieron. Unos lazos que, como la progenitora ha afirmado a distintos medios de comunicación como la publicación “Today”, “son algo especial entre mi hija y yo y espero que no tengan que ser vistos de nuevo”, que desaparezcan cuando el cabello les vuelva a crecer. A lo que ha añadido que “he estado calva dos veces en mi vida a causa del cáncer y no planeo volver a estar calva nunca más”.

¿Por qué un lazo rosa?

Sin lugar a dudas, el motivo principal por el que han elegido un lazo rosa como símbolo para tatuarse es porque el mismo viene a representar la lucha contra el cáncer de mama. No obstante, Verónica no ha dudado en manifestar que ese dibujo es mucho más. Así, ha expuesto, que el mismo “es un símbolo de mi lucha contra el cáncer de mama por dos veces y también del profundo amor madre e hija”.

En este sentido, además, no ha dudado en declarar que está orgullosísima de Victoria, que ha estado acompañándola en todo el duro proceso del tratamiento, que la ha estado apoyando en todo momento. En concreto, sus palabras han sido que el tatuaje que se han realizado, además, “me recuerda la fuerza de mi hija cuando yo la necesitaba allí conmigo y me recuerda también lo mucho que la amo”.

Posiblemente el apoyo de su familia y en especial de la joven le han servido para afrontar con valentía y coraje la lucha contra la enfermedad, que, como ha manifestado, le ha dejado cicatrices no sólo a nivel interno y externo sino también en el alma. Sin embargo, ha sido tajante al exponer que no planea volver a estar nunca más calva por esa patología, por lo que tiene claro que el lazo rosa tatuado va a quedar oculto para siempre.

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