El gesto de una enfermera que ha salvado la vida de un bebé

El gesto de una enfermera que ha salvado la vida de un bebé
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Desgraciadamente y por muy diferentes motivos, muchos son los padres que se topan con la tristeza o con el dolor en un momento tan feliz como es el nacimiento de sus hijos. Y es que a la alegría de tenerlos en brazos por fin y de poder besarles y acariciarles se suma el sufrimiento porque presentan algún problema y tienen que ser atendidos de urgencia. Se trata de niños que tienen que ser hospitalizados porque sus vidas están en peligro.

Sin embargo, de manera afortunada, numerosos de esos pequeños consiguen salir adelante, recuperarse y marcharse a casa completamente sanos para empezar su vida al lado de la familia. Lo logran gracias a su coraje y esfuerzo pero, sobre todo, a la ayuda y atenciones que les dan los profesionales sanitarios. Médicos y enfermeros que ejercen una labor fundamental. Y de eso es un buen ejemplo el caso que ahora te queremos dar a conocer.

Reivindicación

La historia que ahora te vamos a contar no es actual sino que se remonta dos décadas atrás. Sin embargo, si en estos días se ha dado a conocer por un medio de comunicación del sector de la enfermería, como es “Dicen” (Diario Independiente de Contenido Enfermero), es básicamente porque se desea reinvidicar y poner en valor el trabajo diario de esos profesionales. Hombres y mujeres estos que, día a día, se esfuerzan por ofrecer las mejores atenciones y cuidados a sus pacientes en pro de que puedan hacerle frente a sus problemas de salud y recuperarse por completo.

El origen

Hace veinte años, como hemos mencionado antes, es cuando se produjo este hecho. Concretamente tuvo lugar en el mes de octubre de 1995. Ese fue el momento en el que vinieron al mundo dos hermanas, Brielle y Kylie Jackson, que sorprendieron a sus papás, ya que decidieron nacer antes de lo previsto. En concreto, se adelantaron doce semanas, lo que supuso que la salud de ambas pendiera de un hilo.

Atenciones y medidas

Debido a que eran prematuras y a los problemas que tenían por eso, bajo peso y dificultades orgánicas, los médicos decidieron actuar de manera inmediata. Por eso, no dudaron en colocarlas en sendas incubadoras, para que pudieran recibir las atenciones y los cuidados necesarios en pro de que pudieran hacerle frente a esas dificultades y desarrollarse como era necesario.

Ante esa medida lo que sucedió es que Kylie empezó a mejorar de manera notable, todo lo contrario que su hermana, Brillie, lo que supuso que en un momento determinado los médicos llegaran a pensar que no iba a poder superar la situación y acabaría falleciendo.

Sin embargo, había una profesional sanitaria que atendía a las hermanas Jackson que no estaba dispuesta a permitir que ninguna de las dos muriera. Se trataba de la enfermera Gayle Kasparian que, tras haber vivido muchas experiencias en todos los años que llevaba trabajando, pensó una solución que podría ayudar enormemente a la bebé que no conseguía remontar.

La solución

En concreto, la citada enfermera se dirigió a los papás de las niñas y les pidió permiso para hacer algo que por ley estaba prohibido pero que podría significar que las dos hermanas vivieran. La familia le dio el visto bueno y así fue como Gayle optó por colocar a las pequeñas juntas en una sola incubadora, para que así pudieran darse cariño, para que se ayudarán una a la otra y para que, sobre todo, unieran fuerzas en esa lucha contra la muerte.

¿Qué sucedió? Algo que enterneció a todo el mundo hace veinte años y que hoy lo vuelve a conseguir cuando lo conocemos. Lo que tuvo lugar es que la bebé que estaba mejorando de manera notable, Kylie, nada más entrar en contacto con su hermana procedió a colocarle el brazo por encima de su cuerpo, como una forma de transmitirle el siguiente mensaje: estoy contigo y juntas vamos a superar esto.

Lo que sucedió después para muchos médicos y para incluso la familia de las niñas fue un auténtico milagro. Y es que Brillie desde el momento que se sintió arropada por su hermana logró mejorar de manera clara y contundente. Así, dejó atrás ese instante en el que su vida pendía de un hilo, se recuperó y el resultado fue que las dos, tiempo después, se marcharon a casa sanas, felices y más unidas que nunca.

Indiscutiblemente ese fue un final feliz para el hogar de los Jackson y todo gracias al gesto de una enfermera que no estaba dispuesta a permitir que ninguna de sus pacientes falleciera. Una profesional sanitaria esa que viene a ser un claro ejemplo de los profesionales de verdad que cada día ponen ganas y todo su esfuerzo en conseguir que nos recuperemos de nuestras enfermedades y que salgamos adelante.

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