Espasmo del sollozo. ¿Qué es?

Espasmo del sollozo. ¿Qué es?
espasmo-1

Una de las cosas que más preocupa a los padres, especialmente a los primerizos, es saber cómo actuar ante el llanto de sus hijos. Y es que, sobre todo, dudan de si sabrán cómo reaccionar ante sus lloros o de si serán capaces de detectar porqué estos se producen.

Si tú te encuentras en ese mar de dudas al respecto, te interesará seguir leyendo este artículo ya que en el mismo te vamos a dar a conocer una situación a la que puede ser que tengas que “enfrentarte” con tu pequeño en algún momento. Nos estamos refiriendo a lo que se da en llamar espasmo del sollozo.

¿Qué es?

Bajo ese singular nombre se encuentra la situación en la que el niño no se pone a llorar desconsoladamente sino que su reacción ante una necesidad o ante un susto es poner su cuerpo rígido, mover brazos y piernas sin parar, dejar de respirar y ponerse rojo para llegar incluso a adquirir una apariencia azulada.

Tipos

Básicamente podemos determinar que existen dos clases fundamentales de este tipo de espasmos:

  • El espasmo de sollozo pálido. Tiene lugar como consecuencia de que el menor se ha asustado o sobresaltado de manera repentina. Es el que se produce con menos frecuencia y tiene la particularidad de que en este caso el niño no se pone rojo o azul sino directamente pálido.

  • El espasmo de sollozo cianótico, que es el que llevan a cabo los pequeños cuando son reprendidos o cuando sufren algún disgusto. Lo que hacen es dejar de respirar y acto seguido comenzar a ponerse de color azul, llegando incluso al morado.

¿Cómo actuar?

espasmo-2

Lo habitual es que, al menos la primera vez que son testigos de ese espasmo del sollozo, los papás se pongan nerviosos y teman que algo les sucede a sus hijos. Sin embargo, deben saber que esa situación no va a ir más allá de un minuto, que rápidamente esos comenzarán a respirar, que tienen que mantener la calma en pro de poder tranquilizar a los niños y que deben tener en cuenta estas otras recomendaciones para actuar como es debido:

  • Además de no ponerse nerviosos, es necesario que los padres bajo ningún concepto se dediquen a zarandear a los menores. Al ver que no respiran pueden creer que esa es la medida para que se recuperen, pero no. “Agitar” a los menores lo único que puede traer consigo es que se les cause el síndrome del bebé sacudido, que puede ocasionarles graves daños cerebrales.

  • Hay que certificar y comprobar que en ese momento el niño no cuente con ningún tipo de alimento u objeto en la boca porque si lo tiene eso sí puede ser un peligro, porque pueda tragárselo y asfixiarse.

  • Una alternativa para que dejen de acometer ese tipo de sollozo es cogerlos en brazos e intentar relajarlos dándole caricias en la espalda o bien tumbarlos boca arriba, porque facilitará lo que es el riego cerebral.

Otros datos de interés

espasmo-3

Además de todo lo expuesto, es interesante conocer otros datos relevantes acerca de este citado espasmo del sollozo, en pro de no asustarse ni de perder la calma cuando el mismo se produzca:

  • También se le conoce con el nombre de apnea emotiva.

  • Por regla general, lo pueden llevar a cabo bebés de entre 8 y 18 meses de edad. De ahí que si se da en niños menores o mayores de esa franja de edad hay que acudir al médico para que pueda examinarles y determinar cuál es el motivo de que lo sufran.

  • Aunque existe una “leyenda urbana” sobre el mismo, no guarda ningún tipo de relación con lo que es la muerte súbita.

  • No es síntoma de que el menor tenga ningún problema de salud. Se da en pequeños que están perfectamente sanos.

  • Aunque se pueda pensar lo contrario, este “fenómeno” no le causa ningún tipo de daño al bebé.

  • Parece ser que el hecho de que no todos los pequeños lo realicen es debido a que tiene que ver con factores de tipo genético.

  • No supone ninguna clase de peligro para la salud del pequeño.

  • Por regla general, se considera que la edad a la que es más frecuente que aparezca es a los 2 años.

  • En ocasiones, el espasmo del sollozo puede ir acompañado incluso de convulsiones, lo que puede asustar enormemente a los padres. No obstante, deben mantener la calma, evitar que sus hijos puedan golpearse con algún tipo y comprobar que la situación no va más allá de un minuto. Si pasado ese tiempo sigue la situación es imprescindible llevarlos al hospital.

  • El pediatra puede dar pautas para evitar que puedan volver a producirse episodios de ese tipo, entre las mismas algunas relativas a la no cesión de los padres ante las rabietas de los hijos. Y es que es importante que les establezcan unas normas y unos límites.

Lo último en Bebés

Últimas noticias