5 razones para no “hacer un Rajoy” con tu hijo

5 razones para no “hacer un Rajoy” con tu hijo
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Si hay un vídeo que se haya convertido viral en España estos días ese es, sin lugar a dudas, en el que se ve cómo el Presidente del Gobierno (Mariano Rajoy) no duda en darle dos collejas a su hijo, después de que este haya realizado unos comentarios muy negativos sobre el trabajo de un periodista deportivo.

Ante esa actuación unos se han burlado de la cara de asombro del político ante los comentarios del niño y otros se han reído de la absoluta sinceridad del menor. No obstante, la mayoría han criticado que el adulto reaccionara de esa manera. Y es que con una colleja no solucionaba nada, lo dicho dicho estaba ya.

Por ese motivo, jamás hay que “hacer un Rajoy” cuando tu hijo se ha portado mal, ha hecho una trastada o te ha contestado de mala manera. No obstante, existen otras muchas razones para que no optes jamás por darle un capón en esas situaciones:

1-Le demuestra que todo se arregla con violencia

Indiscutiblemente el principal motivo por el que no debes darle collejas a tu niño cuando ha hecho algo incorrecto es porque si lo haces lo que le estarás enseñando es que en esta vida las cosas se arreglan con la violencia. Un craso error, por tanto, que le afectará en su educación y que le hará pensar que, tanto en su presente como en su futuro, los golpes son la única manera de solventar los problemas que vayan surgiendo.

Por eso, ten cuidado con tus coscorrones, que puedes pensar que son inofensivos o una simple anécdota, porque en el fondo le estarán educando. Así que déjalos de lado y opta en todo momento por el diálogo, como podría haber hecho Mariano Rajoy, mirándole a su hijo para que se callara e indicándole que pidiera disculpas para luego, ya en privado, reprenderle por su actitud.

2-No ayuda a corregir su mal comportamiento

Otra razón de peso para dejar de lado esos capones es que no contribuyen a corregir el mal comportamiento que ha podido tener tu pequeño en un instante determinado. Lo único que hacen es castigarle, pero no enseñarle en ningún momento cuál es la manera correcta de actuar.

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3-Cuenta con un efecto limitado

Ni que decir tiene que las collejas consiguen tener un efecto limitado, es decir, en ese momento justo el menor se quedará quieto, estará castigado, pero nada más. Cuando pase el tiempo, porque no se le ha mostrado cómo debe comportarse adecuadamente o porque se le habrá olvidado el coscorrón, será capaz de volver a actuar de manera inapropiada.

Además, ten en cuenta que si esa es la herramienta que utilizas de manera constante con el menor cada vez que se porte mal, lo que conseguirás únicamente es que se acostumbre a la misma y ya no le tenga ningún tipo de respeto.

4-Le deja patente que se impone siempre “la ley del más fuerte”

Si dándole una colleja le estás enseñando que las cosas en la vida se arreglan con la violencia, también le estás transmitiendo otra cosa: que prima siempre la ley del más fuerte, es decir, que el que tenga más fuerza y más capacidad de poder imponerse a los demás es el que “manda”. ¿Esto que puede provocar? Entre otras muchas cosas, que tu hijo pueda llegar a convertirse en acosador de sus compañeros más débiles e incluso que en su vida futura opte por ese tipo de acciones violentas para conseguir siempre sus propósitos ante las posturas de personas menos fuertes que él.

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5-Le crea baja autoestima

De la misma manera, tampoco hay que olvidarse que otro motivo de peso para que no le des coscorrones a tu hijo cuando se comporte mal es que los mismos consiguen que su autoestima vaya bajando de forma considerable. Sí, lo hará por varias razones, como estas que te mostramos a continuación:

  • Si se los das en público, conseguirás que se avergüence delante de los demás y que lo único que quiera es alejarse de todos para evitar posibles burlas que le puedan hacer.

  • Ten presente además que tú eres un ejemplo para tu niño, te adora y te tiene como un auténtico ídolo, por eso, si le castigas con una colleja considerará que algo malo debe poseer para que actúes y reacciones de esa manera. Eso supondrá que se ponga a sí mismo en tela de juicio y que llegue a pensar que es alguien que no merece tu cariño.

Por todas estas razones, piensa bien antes de “hacer un Rajoy” con tu pequeño. Cuando cometa una trastada o se comporte incorrectamente, cuenta hasta diez y reflexiona sobre los motivos por los que las collejas no sirven para nada. Usa el diálogo y, si es necesario, establécele un castigo de otro tipo, pero jamás recurras a la violencia.

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