Cómo acabar con las “batallas” con los hijos durante la comida

Cómo acabar con las “batallas” con los hijos durante la comida
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Aunque hay niños a los que les encanta comer de todo y no crean problemas a la hora de sentarse a la mesa y tomar lo que tienen en su plato, hay otros que hacen de cada comida una auténtica batalla campal. ¿Por qué? Porque se niegan a ingerir ciertos productos, como verduras o pescado, o porque quieren comer muy poco. De ahí que formen pataletas, lloren y consigan sacar a sus padres de quicio.

Sin embargo, los adultos deben saber que pueden tomar una serie de medidas para acabar con esas trifulcas por culpa de la alimentación. ¿Cuáles? Las que damos a conocer a continuación:

1-Nada de presiones e imposiciones

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Una de las reglas básicas que deben tener en cuenta los padres a la hora de conseguir que sus hijos coman correctamente es que jamás deben recurrir al uso de la imposición, la presión y la obligación. Y es que si optan por utilizar esas para que ingieran algún producto lo que se logrará es que lo tomen en ese momento, pero luego lo rechacen aún más. Una situación que provocará que su reacción posterior ante la misma situación sea peor e incluso que genere un odio total hacia ese alimento.

2-“¿No quieres comer? Pues no te lo comas”

El que su hijo se levante de la mesa sin comer es algo que rechazan muchos papás, porque se preocupan de que se acueste sin nada en el estómago y de que pase hambre. Sin embargo, no hay que exagerar, hay que tener en cuenta que cuando posea apetito pedirá comida.

Por eso, cuando se le coloque un plato y diga que no lo quiere, la actitud de su progenitor debe ser tranquila y relajada para, a continuación, exclamar “¿no quieres comer? Pues no te lo comas?”. De esta manera, se descolocará al menor, se le mostrará que no hay intención de ningún tipo de montar una “batalla” y que si no se quiere comer eso no va a tomar nada. Eso supondrá que, al principio, mantenga su actitud negativa pero luego, al saber que no hay ninguna alternativa que se le vaya a ofrecer, acabará ingiriéndolo.

Así, que nada de hacerle un plato diferente cuando diga que “no” a lo que se le pone en la mesa. Si se hace eso se le estará mimando sin sentido, haciéndolo un caprichoso y favoreciendo que, cuando no se le dé otra cosa, arme un auténtico espectáculo de pataletas y llantos.

3-Dar ejemplo

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Al igual que en otros muchos aspectos de la vida, es fundamental que los padres en todo momento den ejemplo a sus hijos. Estos se comportan en muchos casos por imitación, de ahí que si se quiere que coman verduras o pescado, también deben ver que los adultos las toman. Sólo así se animarán a seguir sus pasos y a no poner cara de acelga cuando llegue la hora de ingerirlos.

4-Tener en cuenta su etapa y edad

Importante es también que los adultos tengan en consideración en todo momento tanto la edad de sus hijos como la etapa en la que se encuentran. ¿Por qué? Fundamentalmente porque la alimentación de esos pequeños va ampliándose de manera progresiva, por lo que no se puede pretender que, desde el momento que dejan la lactancia o el biberón, coman de todo.

Así, además hay que tener presente que, en ciertos momentos del crecimiento, es habitual que los menores cuenten con menos apetito.

Por todo eso, es vital que los mayores estén al tanto de toda esa información y, si lo consideran necesario, le consulten al pediatra al respecto.

5-Tiempo de comida

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Otra de las reglas de oro básicas para evitar que la hora del desayuno, la de la comida o la de cena sea una lucha sin cuartel entre padres e hijos es que los primeros establezcan unas normas claras al respecto. Y eso supone, entre otras cosas, que determinen un tiempo máximo para comer, que debe estar en torno a los veinte minutos. ¿Con qué objetivo? Con el de que el menor empiece a saber que cuenta con un tiempo determinado para alimentarse y que, si se pasa la mayor parte del mismo llorando, pataleando o quejándose sin tomar lo que tiene en el plato, no podrá acabar luego la comida porque los platos se retirarán de la mesa.

Además de eso, es necesario que se determinen otras normas fundamentales como pueden ser que nadie puede levantarse hasta que todos hayan terminado, que no se usan tabletas o móviles mientras se come o que toda la familia tiene que ayudar a poner y quitar la mesa. De esta manera, se creará una rutina que ayudará a los niños a afrontar mejor el momento de la comida.

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