El síndrome de la mamá quemada.

El síndrome de la mamá quemada.
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Cualquier mujer que tenga que compaginar su vida profesional con la familiar o que se encargue a diario de sus hijos así como del cuidado del hogar puede estar sufriendo sin saberlo lo que se conoce como síndrome de la mamá quemada. Este es un nuevo trastorno, en cuanto a diagnóstico se refiere porque realmente existir ha existido siempre.

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¿Quieres descubrirlo? A continuación te damos a conocer sus principales señas de identidad:

¿En qué consiste?

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También responde al nombre de síndrome de burnout y se identifica porque la madre que lo sufre vive una auténtica vorágine desde el momento que se levanta. Eso supone que, nada más poner un pie en el suelo, tenga que convertirse en una persona multifuncional: preparar el desayuno, levantar a los niños, cambiarles, llevarles al colegio, ir a trabajar, recoger a sus hijos en el centro educativo, preparar la comida, ir a hacer la compra, limpiar la casa…

Síntomas

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Esas tareas y otras muchas más son las que sufre la mujer con el síndrome de la mamá quemada. Y, como es de imaginar, esa constante actividad trae consigo que eso se traduzca en una serie de síntomas que son fácilmente identificables:

  • Cuadros de estrés y ansiedad.

  • Agotamiento.

  • Problemas para poder conciliar el sueño.

  • Falta de tiempo para disfrutar de hobbies, de ratos de descanso o incluso para quedar con amigos y familiares.

  • Sentimientos de angustia, por considerar que nunca hace las cosas bien y que está descuidando tanto su trabajo como a sus hijos.

  • Discusiones frecuentes con la pareja.

  • Irritabilidad.

Medidas para ponerle fin

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Lo primero que debe hacer cualquier mujer que sufra este trastorno es ser consciente de que realmente lo está padeciendo. Y es que ese reconocimiento será lo que le deje patente que necesita tomar medidas en pro de su propia salud.

Una vez que ya sabe cuál es la realidad que está viviendo, es el momento de actuar, de poner en marcha ciertas medidas que puedan ayudar a acabar con el trastorno y que hagan que pueda ser feliz y estar tranquila. En concreto, entre las actuaciones que dan mejores resultados se encuentran estas:

  • Coordinación. Una clave fundamental para conseguir atajar el problema es que la madre se coordine con su pareja. Eso supondrá que compartan tareas y responsabilidades, lo que ayudará a que ambas partes puedan descansar y tener incluso tiempo para sí mismas.

  • Rutinas familiares. Otra de las herramientas básicas para atajar la situación es la de establecer rutinas en el seno del hogar en cuanto a horarios de comida, de sueño e incluso de realización de labores domésticas. De esta forma, no sólo habrá una organización que pondrá punto y final a cualquier vorágine sino que además servirá para que todos los miembros se puedan implicar y poner su granito en el bien común. Así, por ejemplo, pueden servir para que padres e hijos colaboren en el mantenimiento de la vivienda.

  • Pedir ayuda. De la misma manera, es importante que cualquier madre sea consciente de que no es una superwoman, de que es humana. Por eso, es necesario que si se encuentra sobrepasada pida ayuda, bien a sus familiares o bien a sus amigos, sin olvidar que también puede recurrir a niñeras.

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