DAESH o Estado Islámico, ¿cómo se llama la mayor amenaza de occidente?

Estado Islámico
Abu Bakr al-Baghdadi era el líder del auto-denominado 'Estado Islámico', o Isis para el mundo civilizado (Foto: Getty)
Rafael Gallego

No son precisamente pocos los analistas que coinciden en señalar al ‘Estado Islámico’ como la mayor amenaza real hacia occidente, si no a la humanidad racional al completo. Presentes a diario en todo tipo de informaciones, siempre trágicas, es habitual anteceder esa denominación de ‘Estado Islámico’ como «auto denominado», o incluso «mal llamado». ¿Por qué? ¿De dónde viene esa denominación y cómo habría que referirse a ellos?

En esencia, ‘Estado Islámico’ es la denominación preferida por los propios líderes de este grupo supranacional, en tanto que consideran que les confiere un aire más grandilocuente: encaja en su idea de representar a los musulmanes de todo el mundo dentro del ‘nuevo califato’ que aseguran haber establecido. En inglés, existen dos acrónimos habitualmente utilizados: ISIS responde al ‘Estado Islámico de Irak y Siria’, mientras que ISIL es el ‘Estado Islámico de Irak y Levante’, algo quizá más amplio pero también más impreciso a la hora de situar las raíces.

Pues bien, esta batalla entre la razón y la sinrazón está alcanzando también al lenguaje: líderes occidentales se están poniendo de acuerdo en establecer el término ‘Daesh’ como la forma adecuada de referirse a este peligroso grupo. Curiosamente, ese término viene de la transliteración del árabe «al-Dawla al-Islamiya fi al-Iraq wa al-Sham», que tiene el mismo significado referido al Estado Islámico de Irak y el levante. Pero los fanáticos quieren universalizarse con un término inglés hasta el punto de tener completamente prohibida la utilización de la denominación ‘Daesh’: en las zonas de Irak controladas por los fanáticos utilizar esa palabra tiene como pena cortar la lengua.

Líderes de todo el mundo tratan de inculcar el término ‘Daesh’ en el imaginario popular. John Kerry, titular de Exteriores de Estados Unidos, sólo utiliza ya ese término, de la misma manera que tanto en Francia (Laurent Fabius, ministro del ramo) o en Gran Bretaña (un gran número de miembros del parlamento) hacen ‘campaña’ por dejar de ‘legitimar’ a los fanáticos utilizando el nombre de un ‘estado’ que no existe. Incluso líderes no precisamente cercanos a los postulados occidentales como el ‘líder supremo’ iraní Alí Jamenei han mostrado desprecio utilizando el término: «El Daesh pidió nuestra colaboración a través de su embajador en Irak y yo los rechacé: sus manos están manchadas».

En España, fue ahora hace un año cuando el Ministro de Exteriores Margallo pedía que se dejase de utilizar el término ‘Estado Islámico’. El secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez pidió «llamar a las cosas por su nombre», explicando que en árabe el término ‘Daesh’ suena a algo que «aplastar o pisotear», mientras que ‘Estado Islámico’ es un nombre creado para «legitimar su organización como hegemónica y todopoderosa, buscando darle forma política a una organización terrorista».

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