El síndrome del “bebé sacudido”

El síndrome del “bebé sacudido”
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Una de las características de los bebés es que lloran mucho. Esto puede ser debido al sueño o al hambre y, muchas veces, saca de quicio a los padres. Estos, en una respuesta de frustración, sacuden al niño con la intención de conseguir que se calle, pero este acto es tan perjudicial para aquel que sólo acarrea problemas. En concreto, el llamado síndrome del bebé sacudido.

Cuando el pequeño llora nunca se le debe sacudir, ni siquiera jugando se han de evitar estas acciones con el niño. El estado de ánimo del adulto influye muchísimo, por lo que no es conveniente que no coja a aquel cuando está enfadado, pues por muy leve que pueda parecer ese movimiento de zarandeo, puede originar problemas permanentes en el pequeño.

Y es que esas sacudidas hacen que el cerebro del bebé se golpee contra el cráneo, pudiendo provocar hematomas o contusiones cerebrales, sangrado, inflamación del cerebro… Y si el se golpea contra algo, aunque sea un almohadón, las lesiones pueden aparecer igual, incluso se puede producir un desnucamiento.

Si el niño llora, lo que hay que hacer es averiguar la causa y actuar para solucionarlo:

  • Mirar los pañales y comprobar que sus necesidades fisiológicas están cubiertas.
  • Asimismo hay que asegurarse siempre que no tenga fiebre o presente algún síntoma de enfermedad que le cause dolor.
  • Si el bebé está sano y con sus necesidades principales cubiertas, otra alternativa es darle un paseo, hablarle, cantarle, ponerle la radio…
  • Y si eso no funciona, siempre se puede dejar con algún familiar o amigo para que vea caras nuevas y a los padres les sirva de descanso. Pedir ayuda a otras personas es bastante frecuente, pues no olvidemos que los niños suelen llorar una media de dos horas al día.

Hay que recordar además que llorar no perjudica al bebé. Pero una sacudida sí, ya que las lesiones pueden ser irreversibles.

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