GIRONA VS ATLÉTICO DE MADRID: JORNADA 1 DE LIGA

El Atlético llega tarde a Girona (2-2)

Atlético
Correa anotó el primer gol del Atlético. (AFP)
Miguel Zorío

El Atlético salvó un empate a dos en Montilivi con 10 jugadores, gracias a los goles de Correa y Giménez, después de ir perdiendo por 2-0 tras el doblete de Stuani. Los rojiblancos no fueron capaces de superar –por segundo año consecutivo– a un recién ascendido tras una pésima primera mitad. Reaccionaron tarde, pero a tiempo para no volverse de vacío a Madrid. Esa reacción tardía les costó un triunfo que bien pudo caer de cualquier lado en los últimos minutos.

El partido empezó guardando un minuto de silencio por las víctimas de los ataques en Barcelona y Cambrils. Acto seguido el balón empezó a rodar en Montilivi. Girona se vestía de gala para recibir al todopoderoso Atlético de Madrid de Simeone en su debut en Primera División. El Cholo quería prolongar la buena racha de la pretemporada donde acabaron sin conocer la derrota y sacó el mejor once posible, con Lucas y Giménez sustituyendo a Godín (sancionado) y Filipe Luis (lesionado). Pese al arreón inicial de los colchoneros, el Girona golpeó primero con dos goles de Stuani en tres minutos, ambos de cabeza.

Los pupilos de Pablo Machín sorprendieron al Atlético con su propia medicina. En el 22 el delantero uruguayo se elevó entre los centrales para adelantar a los locales con un cabezazo. Montilivi enloqueció con la diana de Stuani que pocos minutos después, cuando aún celebraban el primero, hizo el segundo, también de cabeza.

El Atleti estaba desaparecido. Los dos goles del Girona sacaron las vergüenzas a un equipo ausente en el choque, que no acostumbra a recibir goles de este tipo. Desde la llegada del Cholo se hicieron fuertes en esa faceta, aunque la pasada temporada ya mostraron ciertas fragilidades en defensa en el juego aéreo, como demostró el Girona con los tantos de Stuani.

La ilusión se imponía al favoritismo. Ese equipo intenso y fuerte eran los debutantes. El Girona le dio un auténtico baño en la primera mitad a un Atleti desdibujado y noqueado tras los goles. Pero el marcador no era lo único que dominaban los locales, también lo hacían en intensidad. Tanto que el Mono Burgos tuvo que calmar a un Simeone muy enfadado con sus jugadores tras una primera mitad decepcionante, en la que bien se pudieron ir 3-0 si Oblak no llega a meter la mano en la misma línea el remate de Portu a escasos minutos del descanso.

En la reanudación el Cholo, pese al enfado, no hizo cambios. El Atlético intentó reaccionar con una chilena de Griezmann que se marchó rozando el palo. Pero tan sólo fue un espejismo, el Atleti no terminaba de reaccionar y el Girona pudo ampliar su ventaja con un cabezazo de Muniesa que detuvo Oblak.

Correa levanta al Atlético

Rápidamente Simeone sacó a Correa y quitó a Juanfran para pasar al ataque. Las cosas no terminaban de salir y el tiempo corría en favor del conjunto catalán. Cuando parecía que el partido no se podía poner peor para los visitantes el colegiado Martinez Munuera expulsó a Griezmann por intentar simular un penalti, pese a que en un principio había señalado la pena máxima. Tras escuchar las indicaciones del asistente cambió su decisión y le mostró la doble cartulina amarilla al francés.

La roja fue el colmo a un partido que estaba siendo nefasto por parte del Atleti. Todo parecía perdido con uno menos, pero no para este equipo. No se rindió ante la adversidad y jugaron sus mejores minutos del encuentro. Los cambios habían surtido el efecto deseado, en especial el de Corrrea. El argentino se echó el equipo a la espalda desde que pisó el césped al inicio de la segunda mitad y en el 78 recortó distancias con una gran jugada individual.

A raíz del 2-1 el partido se volvió loco, con ocasiones para ambos equipos. De nuevo Oblak volvió a meter una mano salvadora para evitar el tercer tanto de los locales. Acto seguido Vietto tuvo en sus botas el empate a dos pero la mandó arriba.

Los pupilos de Simeone volvieron a ser ese Atleti peleón, intenso y que no se rinde hasta el final y lograron empatar a balón parado por mediación de Giménez. Koke botó la falta al punto de penalti y el central se adelantó a Iraizoz para poner las tablas frente a un combativo Girona que pudo llevarse la victoria en los instantes finales con un cabezazo de Kayode, pero se topó con Oblak que salvó un punto para los suyos.

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