Talleres de nuevas masculinidades para talibanes

Talleres de nuevas masculinidades para talibanes

La estrepitosa derrota de los Estados Unidos y la OTAN en Afganistán no es sólo militar y geopolítica sino también ideológica. El desastre se resume en esa imagen de decenas de afganos harapientos intentando huir de Kabul con una gigantesca pintada detrás con las bondades de la Agenda 2030. En lugar de aniquilar sin misericordia a los talibanes para asegurarles a los afganos el vivir en una sociedad segura y tranquila, ahora sabemos que los Estados Unidos negociaban desde hace meses con los terroristas su salida de Afganistán a cambio de entregarles el país llave en mano. Así lo ha explicado el experto Abdullah Noori a OKDIARIO al desvelar que la extraña huida del presidente afgano Ashraf Ghani fue todo menos extraña ya que estaba negociada de antemano con los talibanes. Todo ha sido una gran estafa ocultada al pueblo afgano al que, mientras se negociaba a oscuras con los talibanes, se le adoctrinaba en la ideología de género. Como bien le ha recordado la FOX a Biden «los afganos no quieren saber nada de estudios de género y hombres embarazados». Solo pretendían vivir en una sociedad en las que mujeres pudieran salir a la calle sin miedo a ser violadas, lapidadas o asesinadas a plena luz del día.

Parece mentira que la izquierda pensara que a los talibanes se los derrotaría con seminarios sobre igualdad de género. Mientras las mujeres afganas esperan que los talibanes toquen tres veces a su puerta -a la cuarta, las asesinan si no responden- nuestras aguerridas feministas culpan de la tragedia de estas mujeres a la OTAN como ha hecho Irene Montero. Eso sí, tuiteando cómodamente desde el salón de su casa y con el riñón bien forrado gracias al ministerio que le puso su pareja. El buenismo podemita jamás verá necesidad de librar una guerra por liberar a esas mujeres; por el contrario, culparán a fuerzas malignas como la OTAN o los Estados Unidos antes que señalar a los terroristas talibanes, a los que consideran unos simples  delincuentes. La izquierda no aprende y sigue viendo al talibán como al buen salvaje, ese que -según dice hoy la esperpéntica portada de El País-, se ha moderado de forma casi milagrosa y ha tenido la generosidad de prometerles a las mujeres respeto… ¡siempre y cuando sea bajo la ley islámica! Sólo falta que propongan a los talibanes someterse a los talleres de nuevas masculinidades de Ada Colau y que estudien matemáticas con perspectiva de género para que la derrota de Occidente sea completa.

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