REAL MADRID VS DEPORTIVO: JORNADA 20 DE LIGA

Y no estaba muerto, no, no

Y no estaba muerto, no, no
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

No estaba muerto, estaba de parranda. Al menos eso es lo que apreció al ver al Real Madrid golear, casi sin despeinarse como un calvo en una ventisca, a un Deportivo paupérrimo. Se pusieron por delante los coruñeses, pero los de Zidane, aupados en un enorme Bale, dieron la vuelta al marcador con la facilidad de quien dobla unos calcetines. El partido acabó en un escandaloso 7-1, con dobletes de Bale, Cristiano y hasta de Nacho. El Bernabéu fue magnánimo con todos menos con Benzema, que se llevó la pitada (merecida) de la grada y se fue sin marcar.

Sorprendía Zidane. Y avisaba. Fin a los cuatro centrocampistas y sitio para la BBC. De momento, Benzema aguardaba en el banquillo como gato encerrado. Su lugar lo ocupaba el más jovencito de la clase, Borja Mayoral. El resto era la primera unidad casi al completo. Ya saben: Keylor Navas; Carvajal, Varane, Nacho, Marcelo; Casemiro, Kroos, Modric; Bale, Cristiano Ronaldo y Borja Mayoral.

Apretó el Real Madrid de salida. Ímpetu en la presión, precisión en el toque. Llegaba fácil por los dos costados, con la naturalidad de un guiri pidiendo cervezas en un chiringuito. Se sucedían las aproximaciones al área, pero a los de Zidane les faltaban luces en el área. El gol, con todo, parecía una mera cuestión de tiempo porque el Deportivo defendía con la bondad de un abuelo llevando a un nieto al parque.

Resumen del primer cuarto de hora: monopolio de la pelota del Real Madrid, capeaba el temporal el Deportivo y las ocasiones se resistían a aparecer. Una de Cristiano de cabeza y otra de Bale con el pie. Nada más. O nada menos. Cargaba el juego el campeón por la banda de un Marcelo redivivo. Y entonces, cuando el Madrid parecía tener todo bajo control, llegó el gol del Deportivo.

Saque de banda de los coruñeses. Andone cuerpea mejor que Carvajal (puede que en falta), Lucas Pérez le gana la espalda a un horrendo y despistadísimo Varane, Casemiro no llega al cruce y tampoco Marcelo fue capaz de tapar a Adrián en el segundo palo. Conclusión: 0-1 del Depor en el Bernabéu. El público, por cierto, estaba anestesiado o aburrido, lo mismo da. Hay un punto en que al madridismo se la suda perder.

Locura en el Bernabéu

El Real Madrid siguió dominando, acosando con descaro e insistencia a un Deportivo al que le salvaba unas veces el poste, otras veces la la Virgen. Fue hasta el 31 en el que tuvo que ser Nacho, un central, el que igualara el marcador. La jugada la gestó Marcelo por la izquierda (después de un córner botado por Kroos) y asistió a Nacho, que se había incorporado al ataque para marcar a un toque con eficacia y elegancia.

Respiraba el Bernabéu. Mejor dicho, respiraba más Zidane, que tenía ya rozaduras en el cuello de desanudarse la corbata. No cejó el Real Madrid en su empeño de cercar el área de Rubén con tanta insistencia como desacierto. Fue así, con impotencia y ganas, hasta que apareció Gareth Bale en el 41 para recibir otro centro de Marcelo, controlar el balón, mirar y marcar por toda la escuadra. Fue un golazo que ponía al Real Madrid por delante en el marcador al filo del descanso.

Reanudóse el duelo con el Real Madrid al dominio del partido y Cristiano Ronaldo buscando el gol desesperadamente. También lo rondaba Borja Mayoral con poco acierto. Incluso Modric tuvo la suya en el 51, pero su disparo golpeó por fuera el lateral de la red. El efecto escopeta de feria seguía sobrevolando el Bernabéu.

Bale tira del carro… y pitos a Benzema

Borja Mayoral, que se faja, se desmarca y pelea, no puede ser el delantero suplente del Real Madrid. Le faltan partidos y un punto de cocción. Luego apareció el meta Rubén para convertirse en Spiderman y sacar un cabezazo a bocajarro de Casemiro. No pudo en el córner posterior del que emergió Bale para elevarse entre miles de deportivistas y cabecear el 3-1. El galés zanjaba el partido y demostraba que el Madrid del futuro debe recostarse sobre sus espaldas.

Salió Benzema y se llevó una merecidísima pitada del Bernabéu, que se ha hartado del gato y quiere un tigre como Harry Kane. En el 68, estaba ya Benzema en el campo, llegó el 4-1 casi por inercia. De nuevo participaron Bale y Cristiano, que dio un toquecito mágico de tacón para habilitar a Luka Modric, que marcó a un toque con mucha clase. El Real Madrid sentenciaba del todo el partido y cambiaba los pitos a Benzema por aplausos.

Cristiano da la jeta

Con el partido resuelto, Cristiano Ronaldo siguió emulando a Higuaín fallando goles cantados, obscenos, clamorosos, para desespero suyo y con la paciencia y la comprensión de la grada. Quizá no es el mejor momento para pedir más dinero sino para bajarse el sueldo. Sí lo logró a la enésima en el minuto 77 después de una asistencia de Casemiro, que había caído a banda derecha. Le hizo tan poca gracia que ni lo celebró. Era un 5-1 anunciado, previsible y hasta corto. Luego marcó el sexto, pero se lo anularon justamente, porque estaba un latifundio en fuera de juego.

Pero como Cristiano Ronaldo no se cansa nunca de meter goles, logró el sexto después de jugarse la jeta ante el defensa del Deportivo. Fue un remate de cabeza primoroso y valiente con el que maquillaba otra actuación discreta y lograba no sólo el sexto de la tarde, sino su sexto de su Liga. Pocos goles para un tanto de su nivel.

El séptimo, en plena vorágine, lo marcó Nacho, también doblete para él, para sellar una goleada ante el peor equipo que ha pasado por el Bernabéu en lustros. Al final, todos contentos. Goleó el Real Madrid, recortó puntos al Valencia y al Atlético y todo el mundo volvió a marcar. Bueno, todo el mundo menos Benzema.

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