Federico Lombardi, exportavoz del Vaticano: «Joaquín Navarro-Valls era para mí inimitable»

Joaquín Navarro-Valls
Joaquín Navarro-Valls con el Papa Juan Pablo II.

El padre Federico Lombardi, actual presidente de la Fundación Ratzinger-Benedicto XVI, que sucedió en 2006 a Joaquín Navarro-Valls al frente de la Oficina de Prensa del Vaticano, ha confesado que para él fue «un maestro de la comunicación» por muchos aspectos «único» y también «inimitable».

«Navarro-Valls siempre ha sido para mí un amigo, un ejemplo de vida espiritual discreta, verdadera y profunda, totalmente entregado a su trabajo, un modelo de dedicación al servicio del Papa y de la Iglesia, un maestro de la comunicación, aunque para mí, como dije, pero lo repito de nuevo, era inimitable», ha explicado en un texto publicado en Radio Vaticana.

Se conocieron en 1991, cuando Lombardi comenzó a trabajar como director de programas de Radio Vaticana. De esa época en la que acompañó en los vuelos oficiales a san Juan Pablo II como periodista acreditado para la radio oficial de la Santa Sede, Lombardi ha subrayado que Navarro-Valls era «un componente estable e importante, pero también agradable, amistoso y cordial». De este modo, ha destacado su «brillante y competente» ejecución como portavoz del Papa.

Lombardi ha especificado que Navarro-Valls se convirtió en una «figura importante» del Pontificado del Papa polaco no solo por su propia «visibilidad pública» sino también por su papel de «consejero».

«Desde el primer momento fue muy claro (…) y dejó claro que consideraba absolutamente necesario poder tener – y tener de manera efectiva- una relación directa con el Papa, de manera que pudiera conocer con seguridad y claridad su pensamiento y su línea para poder presentarse ante la prensa y ante la opinión pública como un intérprete con autoridad», ha reseñado.

Además, ha resaltado cómo Juan Pablo II depositó en él una «gran confianza». Por otro lado, ha explicado que en varias ocasiones tuvo un papel de «diplomático», por ejemplo, como organizador de los viajes con «relevancia histórica» que el que Juan Pablo II realizó a Cuba en plena guerra fría. «Por esto fue designado como miembro efectivo en varias delegaciones de la Santa Sede en Conferencias Mundiales de las Naciones Unidas de particular resonancia, donde gracias a su experiencia y capacidad comunicativa, desarrolló un papel de relevancia primaria», ha incidido.

Así, también ha resaltado su «inteligencia, elegancia y capacidad para relacionarse» como otras de sus características más eminentes, así como su amplio dominio de varias lenguas o la «genialidad» con la que presentaba las noticias y contenidos informativos de forma «brillante, atrayente y concisa». «Todas estas dotes hicieron de él un personaje ideal como punto de referencia para los operadores de la información internacional, pero también para las relaciones públicas y no solo con personalidades de gran relevancia e influencias en el mundo de la comunicación, de la política y de los negocios», ha declarado.

Para Lombardi, la elección de Navarro-Valls como director de la Oficina de Prensa del Vaticano se diferenció de la de sus predecesores porque era «un laico» con «competencias profesionales muy claras» y muy apreciado por los «colegas periodistas» ya que había sido también presidente de la Asociación de la prensa en Italia. «Su autoridad, eficiencia y la calidad de su trabajo universalmente reconocidos hacen pensar espontáneamente en su dirección como una época que probablemente seguirá siendo única en la historia de la oficina de prensa del Vaticano y de las comunicaciones», ha concluido.

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