Podemos: La revolución de los niños ricos

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Iglesias, Monedero, Errejón y otros dirigentes de Podemos, en un acto electoral (Foto: Getty)

«Todos los jefes de filas del comunismo fueron señoritos, hijos de papá que vivieron de los sablazos que daban a su familia. Desde Marx a Lenin ni un solo cabeza de fila igualitarista ha trabajado, todos han creído que podían vivir como revolucionarios profesionales», explicaba en una reciente entrevista el escritor y filósofo Antonio Escohotado, en alusión a los líderes de la revolución rusa.

Salvando las distancias, algo similar ocurre con los principales dirigentes de Podemos que pretenden liderar el asalto a los cielos. Entre sus filas abundan los revolucionarios de salón, procedentes de familias adineradas que les han pagado el doctorado en las universidades más elitistas de Estados Unidos, y los intelectuales que se han enriquecido vendiendo sus carísimos informes de asesoramiento al régimen chavista de Venezuela.

Ambos ingredientes se dan en el caso de la número 2 de Podemos al Congreso de los Diputados por Madrid, Carolina Bescansa: es heredera de una de las grandes fortunas de La Coruña, propietaria de los Laboratorios Bescansa (cuyo producto más conocido es el Laxante Bescansa) y de Televés, una empresa de telecomunicaciones que factura más de 150 millones de euros al año.

El imperio farmacéutico de los Becansa

Tras doctorarse en la Complutense y completar sus estudios en la Universidad de San Diego (California), Bescansa cobró por partida doble del régimen venezolano: como miembro del patronato de la Fundación CEPS y realizando encuestas para varios ministerios del Gobierno de Venezuela.

Como ha informado OKDIARIO, Nicolás Maduro ordenó en octubre de 2013 pagar 142.000 dólares a Carolina Bescansa y otros dos dirigentes de Podemos (Jorge Lago y Ariel Jerez) por diseñar la estrategia de comunicación de Venezuela en la Cumbre Internacional del Petróleo que se celebró en Moscú en junio de 2014.

El cabeza de lista de Podemos por Salamanca, Jorge Lago, es uno de los dirigentes más acaudalados del partido. Tras cobrar del Gobierno de Venezuela, tiene 840.000 euros en el banco. Además, es accionista de varias empresas y copropietario de trece inmuebles.

Irán le paga hasta el teléfono móvil

Entre ellos, un piso de 125 metros cuadrados en Madrid valorado en 193.000 euros, otro piso en la capital tasado en 260.000 euros, un apartamento de 150 metros cuadrados en Segovia, una nave industrial en Madrid, un apartamento de 130 metros cuadrados en Málaga y cuatro plazas de garaje en distintas ciudades.

Hijo de una abogada laboralista de CCOO, Pablo Iglesias presume de haber desarrollado una brillante carrera universitaria plagada de matrículas de honor pese a sus orígenes humildes. Iglesias declaró el año pasado unos ingresos de 107.697 euros, superiores a los del presidente Mariano Rajoy.

De esta cifra, 58.398 euros corresponden a su sueldo como profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la Complutense y los 49.299 euros a sus ingresos como autónomo, por actividades como su presencia en tertulias de la televisión y su remuneración como director y presentador de los programas La Tuerka y Fort Apache. Este último, emitido por el canal islamista del Gobierno de Iran Hispan TV que le paga incluso las facturas de su teléfono móvil.

Tras pagar 18.700 euros de IRPF, a Pablo Iglesias todavía le quedaron unos ahorros de 112.400 euros en tres cuentas corrientes. Pese a tener este patrimonio y nivel de ingresos, el líder de Podemos vive en la VPO de Vallecas que está a nombre de su madre y que, según la Ley, debería ser asignada a una familia sin recursos.

El hijo de la ‘tarjeta black’

También procede de una familia modesta Juan Carlos Monedero, cuyo padre es propietario de un bar y votante de VOX. En 2013 Monedero sumó a los 48.500 euros anuales de nómina como profesor de la Facultad de Ciencias Políticas los 425.000 euros que cobró del Banco Alba (en ese momento presidido por Nicolás Maduro) por realizar un informe que jamás ha visto la luz.

Tras intentar defraudar a Hacienda (lo que supuso su salida de los órganos de dirección de Podemos) finalmente tuvo que pagar 187.739 euros en impuestos. Según su declaración de bienes, todavía le quedaron 119.000 euros depositados en tres cuentas bancarias. Antes, había trabajado durante casi cinco años (entre 2005 y 2010) como asesor del presidente venezolano Hugo Chávez en el Palacio de Miraflores.

«Somos los hijos de los obreros que nunca pudisteis matar, los nietos de los que perdieron la guerra civil», escribía en mayo de 2014 en su perfil de Twitter el ex portavoz de Podemos en el Senado Ramón Espinar. Aunque no es exactamente el «hijo de un obrero». Su padre, Ramón Espinar Gallego, fue presidente de la Asamblea de Madrid y consejero de Economía y Hacienda en los gobiernos regionales presididos por Joaquín Leguina.

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Tuit escrito por Ramón Espinar en mayo de 2014

El PSOE colocó luego al padre del senador de Podemos como miembro del consejo de administración de Caja Madrid, un puesto que estaba remunerado con dietas que oscilan entre los 6.700 y los 14.000 euros al mes. En este cargo, el padre de Ramón Espinar gastó 178.400 euros con su tarjeta black, un hecho por el que la Fiscalía Anticorrupción pide para él una pena de cuatros años de cárcel.

El ‘embajador’ de CEPS en Bolivia

Como Espinar, Íñigo Errejón también ha crecido como revolucionario en una familia acomodada. Su padre, economista y funcionario del Cuerpo Superior de la Administración, ha encadenado altos cargos en los distintos gobiernos socialistas desde 1981. Fue subdirector general del Ministerio de Medio Ambiente con Felipe González, jefe de gabinete del secretario de Estado de Medio Ambiente con el ministro José Borell y secretario general del Icona.

Mientras tanto, su hijo recorría los campus más elitistas de Estados Unidos, como la Universidad de California Los Angeles (UCLA). La Fundación CEPS le envió a Bolivia en 2006 para trabajar con la Asamblea Constituyente, en una experiencia que luego plasmaría en su tesis doctoral.

Como secretario del patronato de la Fundación CEPS, Íñigo Errejón firmó las cuentas del ejercicio 2014 que reflejaban unos ingresos de 664.000 euros, la mayor parte procedentes del Gobierno de Nicolás Maduro. El entonces presidente de la Fundación CEPS, Alberto Montero dirigió luego su proyecto de investigación en la Universidad de Málaga. Ambos han sido expedientados por las irregularidades cometidas con la beca de 1.800 euros al mes que Errejón cobró sin ir a trabajar.

También hizo las Américas el ex diputado de Podemos José María Guijarro, que cobraba 4.600 euros al mes como subsecretario de África, Asia y Oceanía del Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de Ecuador.

El ‘diputado de las rastas’

Alberto Rodríguez Rodríguez, conocido como el diputado de las rastas, se presenta en su perfil de Podemos como un «obrero industrial» y «activista social». Aunque debe reconocer que es un auténtico privilegiado: como operario de la compañía petrolera Cepsa percibe un sueldo bruto anual de 52.877 euros, que no está al alcance de cualquier obrero.

Un caso muy distinto es el del juez Juan Pedro Yllanes, quien repite como cabeza de lista de Podemos por Baleares. Como magistrado de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca, en 2014 declaró unos ingresos de 80.016 euros. El juez Yllanes tiene 175.000 euros invertidos en un fondo de inversión, otros 96.000 euros en un plan de pensiones y 100.000 en un seguro de ahorro.

No se queda atrás la juez Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid como cabeza de una de las listas blancas de Podemos. Como ha informado OKDIARIO, Carmena tiene un patrimonio que roza los 2,5 millones de euros. Esta cifra incluye 430.000 euros invertidos en Bolsa y acciones, el chalé familiar de tres plantas situado en la zona de Conde Orgaz (valorado en 1,1 millones), la tercera parte del chalé colindante comprado a Cristina Almeida, una finca y otra vivienda en El Espinar.

Con un agravante que deja mucho que desear sobre sus preocupaciones sociales: su marido, el arquitecto Eduardo Leira, se declaró insolvente tras poner a nombre de su mujer buena parte de este patrimonio. Y lo hizo dejando una deuda de más de 500.000 euros a los antiguos empleados de su gabinete de arquitectura I3 Consultores.

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