«Los de Podemos son unos chulos de la política que hacen daño a su país con el dinero de Venezuela»

«Los de Podemos son unos chulos de la política que hacen daño a su país con el dinero de Venezuela»

El nacimiento de Podemos en España no es casualidad. De hecho, el nombre de la formación política de Pablo Iglesias es copia del de otro partido de izquierdas, incluso con colores similares, nacido mucho antes en la Venezuela anterior al régimen chavista. Ismael García, uno de sus fundadores, actualmente es diputado en la Asamblea Nacional venezolana por el partido Primero Justicia y asegura que los paralelismos entre lo que sucedió en Venezuela y lo que está ocurriendo ahora en España no son fruto de la casualidad.

En una entrevista especial para OKDIARIO realizada en la mismísima Asamblea Nacional por Wilmer Baute, activista venezolano por la democracia, el diputado opositor al régimen dictatorial bolivariano quiere abrir los ojos a los españoles sobre lo que puede pasar si Podemos llega al Gobierno. Advierte de que él, como muchos otros venezolanos desencantados con el chavismo, vivió las promesas de Hugo Chávez como cantos de sirenas que pronto se transformaron en pesadilla.

Ismael García asegura que siempre fue «un militante de izquierdas, una persona comprometida con el cambio». Pronto cayó seducido por Hugo Chávez y sus promesas de «sueños y esperanzas de muchos años», a las se rindió el partido del que era líder. El discurso de Chávez contenía elementos que eran «muy parecidos a los de Podemos en España, como la lucha contra la corrupción», asegura García. Eso, unido a la falta de renovación de los partidos tradicionales, propició el crecimiento del chavismo.

«Encantadores de serpientes»

El bandazo dado por los chavistas, una vez llegaron al poder, en el que «abandonaron las promesas democráticas», provocó la espantada de Ismael García y algunos de sus compañeros en Podemos.

Todo ocurrió en 2007, cuando cientos de miles de venezolanos se unieron al chavismo en las urnas. «Los que habían votado en contra del proyecto bolivariano en 1999 se dieron cuenta en 2007 de que era un proyecto interesante», recalca el diputado venezolano. Pero Chávez inmediatamente se descolgó con propuestas tan poco democráticas «como acabar con la propiedad privada, eliminar un componente de las fuerzas armadas, que el modelo de Estado no fuera federal sino comunal…».

Esta traición a las promesas democráticas de Chávez impulsó a García y a varios miembros de su partido a enfrentarse frontalmente al Gobierno. Pero algunos de sus correligionarios, llevándose consigo la marca Podemos, se integraron bajo el paraguas del chavismo. «El camino que el Gobierno tomó era salirse de la Constitución, aprobar leyes ilegales e ilegítimas y que ahora deben ser cambiadas en su mayoría», asegura Ismael García.

Retomando el tema de la lucha contra la corrupción –uno de los argumentos recurrentes de la formación de Pablo Iglesias–, el líder político venezolano asegura que los gobiernos chavistas han sido «los más corruptos que ha habido en nombre del socialismo», y termina constatando que «éste es un Gobierno que persigue, encarcela a los que se le oponen…».

Proyectos inviables y un país arruinado

Ismael García conoce perfectamente la personalidad de los líderes chavistas y la equipara a la de los de los Iglesias, Errejón o Monedero en España. «Esta gente no tiene buenas intenciones, tienen ansias de poder y quieren trascender a la historia presentando proyectos que son inviables», dice. 

Así, el diputado venezolano recuerda a los españoles que el modelo de gobierno bolivariano «destruyó más de 300.000 pequeñas empresas y más de 6.200 grandes y medianas en el eje industrial más importante del país» e instauró «un modelo donde el Estado lo interviene todo, donde se persigue al sector privado».

Ese hostigamiento al sector privado, corroborado por el diputado de izquierdas, provocó que Venezuela, con una de las reservas de petróleo más importantes del mundo, terminara «arruinada». «Todas las leyes que aprobaron y que queremos revertir son leyes para perseguir al sector privado en nombre de unos supuestos ‘valores’», concluye García.

El modelo económico impuesto por Chávez y continuado tras su muerte por Nicolás Maduro ha propiciado que todas las expropiaciones del Gobierno «hayan fracasado». El diputado García explica cómo empresas de alimentación y de otros sectores productivos muy importantes en el país hace 15 años ahora han desaparecido y Venezuela se ve obligada a importar productos como el café o la carne, antaño industrias punteras y autosuficientes en el país.

Venezuela vive una «tragedia histórica»

La situación actual del país caribeño es muy preocupante para el fundador de Podemos en Venezuela. «Es una tragedia humanitaria que nosotros estamos viviendo en nombre de un modelo como el que estos señores de Podemos les proponen en España. Es una cosa loca e irresponsable, ojalá el pueblo español no copie ese discurso y se vean en el espejo de lo que ocurre en Venezuela. Se lo dice alguien que militó en un partido de izquierdas y luchó por un cambio, pero un cambio democrático en el marco de la Constitución», asegura el diputado García.

García advierte a los poderes en España de que sin un cambio, sin la regeneración de los partidos y las instituciones, nuestro país caerá en las redes de Podemos: «Los partidos y las instituciones en España deben renovarse, con nuevas generaciones de políticos», aconseja este político venezolano, que asegura que el modelo instaurado en su país por Chávez y continuado por Maduro «ha sido una tragedia histórica».

«Éste era un país próspero que se convirtió en un país miserable, de gente pasando hambre, de colas, de madres buscando pañales y leche para sus hijos. Hay que vivirlo para saber lo trágico que es esto», asegura un emocionado diputado que ve cómo Venezuela se desmorona.

«Unos chulos de la política»

El hoy diputado de Primero Justicia tiene calados a los líderes de Podemos en España que quieren llegar al poder a toda costa y afirma que «lo peor que podría pasarle a los españoles es caer en manos de un bando de forajidos como los que pretenden hacerse con el poder, disfrazados de ovejitas, de niños buenos. Quieren imponer un modelo económico atrasado. Y un Estado que quiere controlarlo todo, imponiendo también un modelo ideológico a la fuerza, cueste lo que cueste, y no importa el hambre y el sacrificio, el sudor la sangre y las lágrimas del pueblo».

Continúa diciendo que «ellos [Podemos] son unos chulos de la política que vinieron a Venezuela a conseguir reales para ver cómo le hacen daño a su país en nombre de propósitos supuestamente ‘nobles’». Esta referencia a los vínculos entre Podemos y Venezuela, a través de la fundación CEPS, es bien conocida entre los opositores al régimen.

Echando la vista atrás, y destacando el fracaso del chavismo al frente de un país que en un tiempo fue próspero, el diputado venezolano avisa: «Los españoles tienen que tener mucho cuidado con ese discurso encantador, falso, tramposo, mentiroso que enarbolan [los de Podemos], porque es el mismo discurso que vendieron aquí», asegura. El descontento con la clase política en España, unido al discurso de «encantador de serpientes» de Pablo Iglesias, intenta capitalizar el descontento de muchos españoles. «Los pueblos en crisis buscan salidas y en muchos casos son salidas dolorosas», advierte García.

La situación actual en España recuerda mucho a lo ya vivido por los venezolanos. En un momento de cambio, de inestabilidad política, los partidos emergentes se oponen frontalmente al rancio bipartidismo. Ismael García asegura que PP y PSOE deben tener «mucho cuidado ya que en Venezuela las alianzas que se realizaron para parar los pies a Chávez al final lo que provocaron fue que emergiera. Por eso, cuidado con las alianzas».

Por último, el mensaje del diputado venezolano Ismael García gira en torno a dos ideas. Por un lado, los partidos deben renovarse, propiciar un cambio, pero también deben cuidarse de realizar «acuerdos para cerrarle el paso a una banda de gorrones, de forajidos, que vienen a presentarse como los salvadores y al final son como el lobo en el cuento de Caperucita» y que lo único que pretenden es «secuestrar la democracia».

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