Leopoldo López padre: «Mi hijo no es terrorista ni los de ETA presos políticos, Podemos se equivoca»

Leopoldo López-Venezuela
Leopoldo López Gil, eurodiputado y padre del opositor venezolano Leopoldo López.

Despertar cada mañana con el nombre y apellido Leopoldo López en la cédula de identidad es una sucesión de sobresaltos, y todos sobre una mala costumbre adquirida hace dos años y medio: la de llamar a casa en Venezuela «desde el exilio en Madrid» hace dos años, para preguntar por la ausencia de un hijo, preso político de un régimen dictatorial. Leopoldo López padre pregunta por su hijo del mismo nombre, líder de Voluntad Popular –uno de los partidos integrados en la Mesa de Unidad Democrática (MUD)– y el preso político más famoso del planeta, un símbolo de la lucha por las libertades.

Este jueves, Diosdado Cabello, antiguo número dos del régimen chavista, ha anunciado que «el asesino Leopoldo López» será «acusado en breve de las 43 muertes acaecidas en los incidentes de 2014». López, encarcelado desde febrero de aquel año, cumple condena por delitos de incitación a la violencia cuando llamó a la oposición a tomar las calles contra la política de Maduro, la falta de libertades y la miseria.

Leopoldo López Gil vive en la capital de España desde que en 2014 el Gobierno de Maduro culminó su campaña de «persecución a la libertad de expresión» iniciando –de la mano del entonces presidente de la Asamblea Nacional, el plenipotenciario Cabello– acciones legales contra los editores del periódico El Nacional. Es el único diario libre que aún se publica en papel –cuando no se queda sin esa materia prima por las restricciones chavistas a las divisas de las empresas que no se someten–. A miles de kilómetros, habla cada día con su mujer y agradece «la acogida» del pueblo español: «Leopoldo, mi hijo, le repite a mi señora que no se arrepiente, que consiguió lo que buscaba, que el mundo entero sepa lo que ocurre en Venezuela. Les agradezco».

Pregunta.– Pero hoy ha sido un mal día…

Respuesta.– Lamentablemente, la familia López ya vamos acostumbrándonos a estos ataques del Gobierno.

P.– ¿Este proceso ya estaba abierto o es una novedad inesperada?

R.– Este proceso no está ni siquiera abierto, lo anuncian como algo que puede suceder. Y, por supuesto, lo están impulsando ellos desde el Gobierno. En las manifestaciones, por decir una cifra conservadora, un 90% de las víctimas lo son de la represión del Gobierno. Es el Ejército, los policías, la Guardia Nacional la que va armada a las calles, no los manifestantes. Alguno levantó una barricada y quizá eso causó alguna muerte, pero de esas 43 víctimas que cita Diosdado Cabello, yo le diría que como mucho tres son ajenas a la represión.

P.– ¿Hubo una investigación efectiva de lo que pasó?

R.– Mire, la identificación de las víctimas y de los culpables ha sido aberrante. El guardia nacional que disparó en la cara con una escopeta a Geraldine Moreno acaba de ser ascendido. La mató, pero no ha sido juzgado, sino premiado por el régimen.

P.– ¿Se puede decir que el anuncio de Cabello es una presión a la oposición?

R.– Yo creo que es un trapo rojo para que la gente desvíe la atención de la tragedia humanitaria que vive Venezuela. La falta de alimentos y medicinas es una verdadera tragedia. En los últimos 15 días se han denunciado más de cien muertes de neonatos por falta de incubadoras, de medicamentos, de instrumental en los hospitales… es una cosa miserable lo que sucede. Y ellos lo que quieren es crear una tensión política alrededor de la figura de Leopoldo López, porque además está punteando [subiendo] en las encuestas, para más preocupación del señor Cabello, al que lo rechaza el público por su vinculación al narcotráfico, a los robos a la Hacienda Pública…

P.– ¿Cabello teme quedarse fuera de la carrera política?

R.– Mire, lo más interesante que ha sucedido en estos días es que Nicolás Maduro ha nombrado a Aristóbulo Istúriz como su sucesor. Con lo que está en cierta forma mostrando que él tampoco tiene confianza en Diosdado Cabello. De modo que puede que esté haciendo esto para figurar.

P.– ¿Cómo está su hijo? Usted no puede visitarlo…

R.– No, yo tengo ya más de dos años fuera del país, precisamente por una acción que introdujo Cabello contra mí y otros editores del diario El Nacional. Y tengo prohibida la entrada a mi país. Pero mi señora sí lo ve, y mi nuera… Leopoldo está afortunadamente muy bien, convencido de lo que hizo y de que lo haría de nuevo, porque la intención que él tenía era desenmascarar esta injusticia ante el mundo. Y esto se ha logrado. Hoy tenemos al secretario general de la OEA [Luis Almagro] pidiendo «medidas drásticas contra el Gobierno de Venezuela».

P.– ¿Y qué salida ve usted?

R.– Es una situación muy compleja para el Gobierno, al que no se le ha ocurrido nada mejor que impulsar una cosa que llaman ‘diálogo’ y no ‘negociación’ o ‘acuerdo’, al que invitan a personas como el ex presidente Zapatero, que no tiene nada que ver con Venezuela, para que sea mediador.

«¿Zapatero para mediar en Venezuela? Es un tema nacional. Es como si traen a Merkel a que les diga cómo hacer Gobierno en España»

P.– ¿Usted no está contento con la mediación de Zapatero?

R.– No porque sea Zapatero… ¡ni el Papa! Diría lo mismo con cualquier persona que venga de afuera y caiga como un paracaidista para ser el mediador. Por qué va a avenir nadie a mediar si es un tema completamente nacional. ¡Es como si ustedes ahora llamaran a Merkel para que les ayude a formar Gobierno!

P.– ¿Siente usted el apoyo de la sociedad española?

R.– Muchísimo. Mire, soy un expatriado venezolano y ciudadano español, porque su presidente Rajoy me concedió la nacionalidad excepcionalmente. Y estoy profundamente agradecido con España, yo y mi familia. Y la enorme cantidad de venezolanos que están aquí, con los que me reúno. Ha sido una acogida increíble de España, no sólo la oficial del Gobierno, sino la cotidiana de la gente por la calle. Me dan abrazos calurosos, incluso con lágrimas en los ojos por la miseria de nuestro país.

P.– ¿Pero sienten el apoyo de toda la clase política española o tienen algún temor?

R.– ¿Temor en el sentido de que cambie el apoyo incondicional de España a Venezuela?… Mire, no creo porque pienso que cualquiera que sea el resultado de las elecciones o de la formación de Gobierno siempre buscarán personas que respeten la libertad y la justicia. No creo que España esté lista para llevar al poder a gente que ignore los valores de la justicia, de la democracia, de la libertad y de la solidaridad internacional.

P.– ¿Y cree que hay candidatos políticos en España con esas características?

R.– Hay personas cuyas declaraciones hacen pensar que no respetan exactamente los valores de la justicia cuando valoran a los presos políticos venezolanos como terroristas y ensalzan a los terroristas españoles como presos políticos. Es gente que tiene una confusión mental que, como decimos en criollo, confunden la gimnasia con la magnesia.

P.– ¿Les ponemos nombre?

R.– Podemos… ponerle nombre.

«Es una tortura silenciosa, sólo tiene unas maracas… pero sin pepitas»

P.– Hace unas semanas, su nuera Lilian Tintori hizo circular un vídeo a las puertas de la prisión de Ramo Verde denunciando «el maltrato» a Leopoldo. ¿Tiene usted novedades?

R.– Eso no ha cambiado, lo tienen muy aislado, le han quitado sus libros, sus cuadernos de pintar, sus lápices. Él logró escribir un libro [Preso pero libre, Península] que publicó hace poco, y estaba escribiendo otro sobre el petróleo. Le quitaron todos sus apuntes, sus instrumentos musicales… le han dejado unas maracas sin pepitas. ¡Leopoldo toca unas maracas mudas en prisión! es una tortura increíble, muy silenciosa pero muy contundente.

P.– ¿La oposición democrática venezolana permanece unida?

R.– Hubo una incidencia, que muchos calificaron de traición. Timoteo Zambrano, que era portavoz internacional de la MUD y uno de los negociadores de la mesa de Zapatero, dio unas declaraciones de apoyo al Gobierno e inmediatamente se le expulsó por traición.

P.– ¿Por qué cree que hizo eso, por qué cambió de bando?

R.– Las personas siempre tienen motivos inconfesables… Él defiende a un preso que le han prometido que se lo sacan, el ex candidato presidencial Manuel Rosales. Dicen que le han prometido su libertad.

«Habrá revocatorio a Maduro por votación en las urnas o por botación en las calles»

P.– ¿Cómo mantiene usted contacto con su familia desde Madrid? ¿Cómo está su mujer tras esta noticia?

R.– Hablo cada día con mi mujer, esta mañana lo hice a raíz de esta noticia, fue un rato largo… Aunque no hay libertad de expresión, sí hay libertad para hablar por teléfono y el ordenador. Ella está indignada. Todos entendemos que es una muestra más de represión.

P.– ¿La oposición logrará que haya revocatorio?

R.– Yo pienso que el revocatorio hay dos maneras de que se dé. O se da en las urnas, por la votación. O se da en las calles por la botación. La primera con ‘uve’, la segunda con ‘be’.

P.– ¿No sería peligroso?

R.– Peligrosísimo para el señor Maduro.

P.– ¿Y si se descontrola la situación? ¿No hay riesgo de violencia?

R.– En todas estas conquistas de libertad siempre se corren riesgos. No ha habido una sola situación en el mundo en que una sociedad conquista… o reconquista su libertad y la justicia en que no haya un grado de sacrificio, mayor o menor.

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