Pablo Iglesias prometió en julio: «No aceptaré ser vicepresidente de Pedro Sánchez»

Pedro-Sánchez
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. (Foto: EFE)

Sólo ha tardado seis meses en desdecirse. El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, aseguró el pasado mes de julio que jamás aceptaría ser vicepresidente de un Gobierno encabezado por el socialista Pedro Sánchez.

Preguntado por esta posibilidad, Iglesias respondió con un rotundo «no» y a continuación recalcó: «No estaría dispuesto a formar parte de un Gobierno que no presidiera» él mismo.

Ahora, tras su brevísima recepción con el Rey Felipe VI, ha sido el propio Pablo Iglesias quien se ha postulado como vicepresidente de un Gobierno presidido por Pedro Sánchez, como primer requisito para cerrar un pacto «del cambio» que ha su juicio también debe incluir a Izquierda Unida.

Ha sido sólo la primera de una larga lista de exigencias que Iglesias ha expuesto durante su rueda de prensa, en la que ha comparecido rodeado de los miembros de Podemos a los que quiere colocar como ministros: la secretaria de Programa, Carolina Bescansa; su jefa de gabinete, Irene Montero; la jueza canaria Victoria Rosell; el ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Julio Rodríguez (que no logró obtener el escaño en los comicios del 20D) y el líder de En Comú Podem, Xavi Doménech.

Estos dos últimos ya tienen una cartera asignada: Iglesias ha sostenido más de una vez que Julio Rodríguez sería un gran ministro de Defensa, mientras que en la rueda de prensa de hoy ha lanzado el nombre de Xavi Doménech como futuro titular de un inexistente «Ministerio de la Plurinacionalidad» con el que intenta complacer a los independentistas.

Pero tanto el líder de Podemos, Pablo Iglesias, como el del PSOE, Pedro Sánchez, parecen empeñados en desmentirse a sí mismos. Como ha recordado OkDiario, Sánchez prometió en 2014: “No pactaré con populistas, ni antes, ni durante ni después”.

Y abundó en el mismo sentido: “Quiero que España sea un país avanzado de Europa, otros lo que quieren es llevarlo por la deriva de la Venezuela chavista”. Por si quedaba alguna duda de a quién se refería, el líder del PSOE recalcó que el resultado de los populismos son “las cartillas de racionamiento, la falta de democracia, una mayor desigualdad y pobreza”.

Ahora, es Pedro Sánchez quien se muestra impaciente por pactar un «Gobierno progresista» con los populistas de Podemos a los que hace poco denostaba.

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