Rajoy sólo estará dos años si consigue ser reelegido presidente

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Mariano Rajoy (Foto: EFE)

Rajoy da un paso atrás, para dejar que el socialista Pedro Sánchez se estrelle en su intento de cerrar un pacto de gobierno con Podemos que resultaría suicida para el PSOE.

El presidente nacional del PP descolocó a todo el mundo el viernes –también a numerosos dirigentes de su partido– al declinar la invitación que le había hecho el Rey Felipe VI para que se someta a la sesión de investidura en el Congreso de los Diputados.

Mariano Rajoy no renuncia a repetir como presidente del Gobierno, pero no quiere hacerlo a cualquier precio. Y se ha fijado un plazo para que su partido pueda llevar a cabo el proceso de elección de un nuevo líder.

El presidente en funciones ya ha comunicado a su círculo más próximo que, si logra ser reelegido, ocupará el cargo sólo durante dos años. El tiempo suficiente para que el partido pueda resolver su sucesión.

El tsunami de las elecciones autonómicas de 2015 ha reducido extraordinariamente el abanico de opciones, al llevarse por delante a numerosos dirigentes regionales del partido que hoy han encontrado acogida en el Senado.

Todos miran ahora l presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Nuñez Feijóo, amigo personal de Rajoy que cuenta con una importante autoridad moral en el seno del PP.

Los posibles sucesores

Eclipsado el liderazgo de Esperanza Aguirre, ha tomado el relevo la nueva presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, quien tras ser investida gracias al apoyo de Ciudadanos ha puesto en marcha una agenda de medidas de liberalización de la economía y regeneración democrática.

Como vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría es la mujer con más poder en el PP. Goza además de un trato privilegiado con los medios de comunicación. Pero su punto débil es la falta de apoyo en las bases del partido para convertirse en presidenta nacional.

En la quiniela de la sucesión tampoco hay que descartar, entre otros nombres, el del vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, que durante los últimos meses ha multiplicado su presencia en los medios y ha logrado ofrecer una imagen de modernidad del partido.

Pero antes de que se abra este debate, Mariano Rajoy quiere que sea el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, quien pruebe suerte sometiéndose a la investidura ante el Congreso. Algo que ha obligado a Felipe VI a convocar una nueva ronda de contactos con los líderes políticos, que se iniciará el próximo miércoles.

La oferta humillante de Pablo Iglesias

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, puso el listón muy alto el viernes. Tras su breve encuentro con el monarca, dio su golpe de efecto planteando públicamente sus exigencias para formar Gobierno con el PSOE: Iglesias reclama ser vicepresidente, además del control de TVE y los ministerios de Economía, Defensa, Interior, Asuntos Exteriores y Educación para Podemos.

Como ha informado Okdiario, Sánchez ya tiene el compromiso previo de que los 69 diputados de Podemos apoyarán su investidura como presidente, y ha apalabrado la abstención de los independentistas de ERC y CDC, a cambio de facilitarles la creación de grupo parlamentario propio en el Senado.

Pero para los socialistas resultó especialmente humillante la escenificación con la que Pablo Iglesias quiso dejar claro que está en condiciones de imponer todas sus exigencias al PSOE para que Sánchez pueda ser presidente.

Así que Mariano Rajoy ha decidido ceder el paso a Pedro Sánchez para que intente cerrar un pacto de gobierno que le coloca como rehén de Podemos, en unas condiciones que difícilmente podrán aceptar los barones regionales del PSOE en el comité federal previsto para el próximo día 30.

La gran coalición constitucionalista

Un destacado número de dirigentes socialistas ya plantea de forma abierta la posibilidad de forzar la salida de Pedro Sánchez como secretario general. Un nuevo liderazgo, para el que ya se perfila la presidenta andaluza Susana Díaz, podría abrir la puerta a la «gran coalición» de partidos constitucionalistas se niega a aceptar.

Se trataría de un pacto entre el PP, el PSOE y Ciudadanos, para afrontar el desafío independentista de Cataluña desde una defensa de la Constitución y para culminar las reformas económicas que reclama la Unión Europea.

Si fracasan estas dos opciones, la última salida sería la convocatoria de elecciones anticipadas, en las que Podemos podría acabar desbordando a los socialistas.

Tanto en un caso como en otro (gran coalición o elecciones anticipadas), Mariano Rajoy intentará optar a la reelección como presidente del Gobierno. Su intención es continuar en la presidencia dos años más y, en el meridiano de la nueva legislatura, ceder el testigo a un nuevo líder nacional del PP.

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