Los 22 diputados andaluces del PSOE votarán ‘no’ a la investidura de Sánchez si los independentistas se abstienen

Díaz
Susana Díaz en una reunión del PSOE-A. (Foto: EFE)

Los 22 diputados andaluces del PSOE le dejarán claro a Pedro Sánchez que votarán ‘no’ a su investidura si se abstienen los independentistas. Incluso otros barones estarían pensando tomar la misma postura, ya que consideran que el líder socialista estaría incumpliendo el mandato del Comité Federal.

Tal y como publicó OKDIARIO, el líder del PSOE ha continuado con las negociaciones ‘sin luces ni taquígrafos’ y ya cuenta con la abstención de los partidos separatistas, ERC y Democracia y Libertad (DiL), y el voto a favor del PNV. Este movimiento iría en contra de lo que Sánchez se comprometió con los barones en el Comité Federal.

El líder socialista firmó que no pactaría «ni por activa ni por pasiva» con «las fuerzas que quieren romper España», en referencia a los partidos independentistas. Con estas últimas adhesiones, a Sánchez le podrían salir las cuentas de su investidura como presidente con el voto a favor de Podemos y sus ‘confluencias’. De esta manera, el secretario general debería convocar otro Comité Federal y una reunión del grupo parlamentario. Será entonces cuando los diputados andaluces se planten ante los designios de Sánchez y le confirmen su rechazo si ERC y DiL –la antigua Convergencia– se abstienen.

Todos los barones le dejaron bien claro a Sánchez que una abstención en su investidura supondrían concesiones en lo venidero. «Es una pesada carga que no queremos llevar de cara a un futuro si Sánchez consigue el Gobierno», le advirtieron en su momento. Pero una vez más, según fuentes conocedoras, Sánchez lo ha vuelto a hacer y ya estaría pactando un Gobierno de coalición PSOE-Podemos.

El líder del PSOE por fin hizo las cuentas y dio el paso para conseguir la abstención sin incluir el referéndum en la hoja de ruta, tal y como publicó este diario. Con lo que Sánchez no contaba es con la situación insostenible del partido, dividido en dos bandos, y Andalucía, partidaria de seguir sumando con Ciudadanos y olvidar un Gobierno con Podemos. Las matemáticas volverían a no salir si de los 90 diputados que consiguió el PSOE en las pasadas elecciones –el resultado más bajo de su historia– 22 votaran en contra de su propio líder.

En este grupo de socialistas andaluces se encuentran caras conocidas como Miriam Alconchel, José Andrés Torres Mora, Miguel Ángel Heredia, Micaela Navarro o Antonio Pradas. Desde Ferraz, este gesto es interpretado en clave interna y apunta directamente a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, que ya dejó claro en las anteriores citas que el PSOE con los independentistas no va a “ningún lado”.

Iglesias como intermediario

El propio Sánchez aseguró que ese gesto no lo contemplaba pero, ¿y si alguien negocia por él hasta última hora? Sería el papel de Pablo Iglesias. Este medio preguntó antes de la investidura fallida de Sánchez al secretario general de Podemos si podría ser la figura que sirviera de nexo entre ambas formaciones y aseguró que estaba “buscando aquellos puntos” que pudieran llevar a todos estos partidos a “participar de alguna manera u otra en esa alternativa”.

Cabe recordar que durante las pasadas negociaciones, y cuando todavía no existía el pacto PSOE-Ciudadanos, Xavier Domènech (En Comú Podem) se reunió con los portavoces de ERC y DiL. El catalán destacó que la primera respuesta que se encontró por su parte es que «no reconocerían» un Gobierno que no incluyese el derecho a decidir, algo que defiende Podemos y que planteó al PSOE. Sin embargo y a día de hoy, Sánchez ya tiene la abstención sin haber incluido expresamente el derecho a decidir.

El líder de los socialistas contempla con cierto nerviosismo el avance del reloj. Tiene hasta el 2 de mayo para pactar pero ya han asegurado los suyos que se dará menos tiempo para negociar. Saben que Sánchez no renuncia a nada y por eso hay malestar. Es aquí donde Susana Díaz calma los nervios a más de uno con su candidatura para liderar el partido. Los críticos dan a Sánchez por «terminado». Dos votaciones fallidas, no saber defender a Felipe González, su visita a Puigdemont o la súplica a Tsipras han bastado para que muchos defensores se bajen del tren en marcha.

Con este nuevo giro hacia las izquierdas y separatistas, Sánchez tendría más detractores que apoyos. El líder socialista se vería de cerca con los suyos y la rebelión entre los diputados andaluces. Un gesto que de cara a la galería pierde más de lo que gana.

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