Pablo Iglesias: «Dame los telediarios y para ti las consejerías que crean empleo»

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El líder de Podemos, Pablo Iglesias, durante una entrevista

Ser vicepresidente del Gobierno y controlar TVE. Son las dos primeras exigencias que Pablo Iglesias planteó el pasado viernes, como contrapartida para apoyar un pacto de gobierno presidido por el socialista Pedro Sánchez.

El líder de Podemos no pide el Ministerio de Sanidad, ni el de Bienestar Social para dar de comer a los niños hambrientos, que eran su prioridad durante la campaña electoral. Pide controlar los medios de comunicación públicos.

Ya lo tenía muy claro antes de que el proyecto político de Podemos fuera una realidad. En una conferencia ofrecida en la Universidad de La Coruña en septiembre de 2013, Iglesias afirmaba que tener el control de los telediarios «vale más que la Consejería de Turismo».

«Si el Gobierno depende de ti, debes exigir un número de horas [en la televisión]», dijo Pablo Iglesias, refiriéndose a la participación de Izquierda Unida en el anterior gobierno de la Junta de Andalucía.

«¿La Consejería de Turismo? Pa ti», dijo gráficamente, escenificando la negociación de un pacto de gobierno, «a mí dame los telediarios, y tú te dedicas a gestionar los campos de golf, que dan muchos puestos de trabajo. Pero a mí dame los telediarios».

En una entrevista concedida antes de iniciar su carrera política, lo decía igual de claro: «A mí me gustaría que un partido de izquierdas ganara las elecciones y me nombrara director de una televisión pública, eso es lo que más me gustaría».

El precio para pactar con los «traidores» del PSOE

Y pronunció unas palabras que han resultado proféticas: «El precio para que yo apoyara un terrible acuerdo de Izquierda Unida con los reformistas traidores proTroika del PSOE sería que pongan en nuestras manos una televisión».

Todo ello, tras exponer su concepto sobre la libertad de información: «El periodismo es un arma que sirve para disparar, esa es la mejor definición, los medios de comunicación son un arma».

Fue precisamente en esta entrevista, en la que Pablo Iglesias planteó su teoría según la cual el mero hecho de «que existan medios de comunicación privados ataca a la libertad de expresión, hay que hacerlo así de claro».

Es decir, que sólo los gobiernos tienen derecho a tener medios de comunicación. Algo que llevaría a resucitar la cadena de Prensa del Movimiento del Régimen de Franco, o el monopolio informativo del diario Granma en Cuba.

Pese a defender esta tesis, el líder de Podemos ha sabido aprovechar de forma inteligente los medios de comunicación privados durante el lanzamiento de su carrera política. Tras montar La Tuerka y Fort Apache gracias a la financiación del Gobierno de Irán, varios canales de televisión privados han sido su principal plataforma para promocionar a Podemos.

La prioridad no eran los niños hambrientos

En una hábil operación de marketing, Podemos centró su campaña electoral en el discurso social, la existencia de niños hambrientos y de familias que no pueden pagar el recibido de la luz.

Una vez cerrado el escrutinio de los votos, sus prioridades han sido muy distintas: Por este orden, reclamar un referéndum para la independencia de Cataluña, la creación de cuatro grupos parlamentarios independientes para las distintas marcas de Podemos y la vicepresidencia de Gobierno.

Durante la rueda de prensa ofrecida el viernes, Iglesias también reclamó para su partido los ministerios de Economía, Educación, Defensa, Asuntos Exteriores e Interior, así como un original Ministerio de Plurinacionalidad para En Comú Podem.

Algo que permitiría a Podemos –cuyo líder todavía cobra del Gobierno de Irán por presentar y dirigir Fort Apache– controlar el CNI, el Ejército, la Policía, la Guardia Civil y las relaciones internacionales, además de los medios de comunicación públicos: el sueño de cualquier partido de vocación totalitaria.

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