Presidente de la Asociación Española de Profesionales de los Servicios Funerarios

Juan Antonio Alguacil: «Los muertos son un 40% más de los que dice Sanidad»

El presidente de la asociación de profesionales del sector asegura que "en Madrid la noche del martes hubo 3.603 fallecidos oficiales" y ellos contabilizaron "5.850"

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El coronavirus sigue implacable su avance en España, dejando cifras dramáticas como los 9.053 fallecidos, tras sumar este miércoles un nuevo récord. Pero esos datos podrían quedarse muy lejos de la realidad. Los registros que a diario ofrece el Ministerio de Sanidad sólo recogen las muertes con coronavirus confirmado, es decir, aquellos enfermos a los que se les ha realizado una prueba diagnóstica. Pero, ¿qué ocurre en los demás casos?

Desde hace meses abundan los certificados de defunción en que se atribuye la muerte a una neumonía, apuntando de soslayo a un «posible» Covid-19. Pero ese fallecido no cuenta para Sanidad. Desde la Asociación Española de Profesionales de los Servicios Funerarios (AESPROF), profesionales directamente implicados en la crisis del coronavirus, tienen claro que las estadísticas no reflejan la fotografía real de la pandemia. La realidad es aún más dura.

Según los cálculos que aporta su presidente, Juan Antonio Alguacil, y basados en las cifras del martes, «estaríamos hablando de que hay un 40% de fallecidos más por coronavirus que no están contabilizados en las cifras oficiales». Eso, dice en conversación con este diario, considerando además que en ese cómputo no constan dos comunidades autónomas.

Alguacil pide prudencia a la hora de interpretar unos datos que, como la pandemia, evolucionan de manera vertiginosa. Desgrana algunas cifras, compartidas con otros compañeros «de a pie», como se definen. «En la Comunidad de Madrid por ejemplo, había (la noche del martes) 3.603 fallecidos oficiales, y, sin embargo, nosotros contabilizamos 5.850. En Aragón, 138 oficiales y los compañeros sumaron 195».

Neumonías desde febrero

¿Por qué se produce esta diferencia? «Como no se hacen test, los facultativos ante las muertes en domicilios o en residencias de ancianos, por ejemplo, cuando tienen sospecha de que puede ser Covid, sobre todo porque una persona tenga una neumonía sin patología previa, por lo general siempre ponen ‘sospechoso’ de Covid. Nosotros nos tenemos que basar en el protocolo de actuación del Centro de Emergencias Sanitarias de Sanidad. Pero, en previsión de lo que nos dicen los facultativos, aplicamos también el protocolo en estos casos. Nos tenemos que curar en salud».

Alguacil aporta además un dato demoledor: «Desde la última semana de febrero, la cantidad de fallecidos con neumonías víricas de origen desconocido era sorprendente». Por eso, insiste: «Los datos no son reales. Y, además, si nosotros tenemos una capacidad como sector y ésta se ve sobrepasada es porque algo está fallando».

Sanidad lo reconoce

Las instrucciones de los Ministerios de Sanidad y Justicia sobre la certificación de las muertes por coronavirus determinan que se deben registrar como «Covid-19 no confirmado» todos aquellos casos que no cuenten con «confirmación analítica». A ello se suma que las autopsias se han eliminado, que los test son muy limitados y que la saturación sanitaria impide la capacidad analítica.

De esa realidad aún más dramática dan también cuenta los datos de los registros civiles, que atestiguan que el número de defunciones se ha disparado más de lo que Sanidad dice. Los últimos registros revelan «excesos de mortalidad» en hasta seis comunidades autónomas, que suman más de un millar de muertos que no hubo otros años. En buena parte, estarían aquí los fallecidos por coronavirus que no aparecen en las cifras oficiales.

Alguacil señala como «esperanzador» que algunas comunidades hayan anunciado un conteo diferente. Cataluña, por ejemplo, donde se ha registrado un aumento exponencial de los fallecidos en las últimas jornadas, empezará a incluir también a aquellas personas que mueren por la acción del coronavirus en casa o en residencias, sin la supervisión de la sanidad pública. Murcia también cambiará sus protocolos.

Este miércoles, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, confirmó lo que empieza a ser una de las caras más dramáticas de esta crisis: que no conocemos cuántos muertos está dejando el coronavirus. Pero defendió que el cómputo se realiza «conforme a los protocolos».

«Toda persona que ha sido diagnosticada como positivo por coronavirus y fallece, es contabilizada como una persona fallecida por causa del coronavirus. Es el criterio que tiene que seguir todo el mundo independientemente del lugar donde se produzca el fallecimiento», dijo sobre las diferencias en el recuento de algunas comunidades.

Alguacil critica la gestión por parte de las autoridades sanitarias y destaca que desde su sector siempre se ha venido alertando de la situación y mostrando mano tendida. Desde su asociación así se lo hicieron saber, tanto al Gobierno como a las comunidades autónomas. Sin respuesta. «No será porque no lo hayamos dicho», lamenta. Pone especialmente el acento en el Palacio de Hielo, la gran morgue de Madrid, señalando un «problema de descoordinación» que habría de resolverse con una gestión que implique a los profesionales de las funerarias. «Nos adelantamos, porque no queríamos ver imágenes como en Italia, de cadáveres transportados en camiones militares. Creo que como sociedad no nos lo podemos permitir».

Como ocurre en otros sectores en primera línea de la batalla contra el coronavirus, Alguacil denuncia la falta de protección. «A nosotros todavía nadie nos ha hecho ningún test. Nadie se ha puesto en contacto con nosotros, y puedo decir que, a día de hoy, hay ya 70 compañeros infectados», asegura.

«Es muy duro»

Pero reconoce que, más allá de lo físico, lo peor es gestionar las emociones y aprender a convivir con todo lo que todavía está por llegar. «Evidentemente, estamos muy acostumbrados a ver el dolor de los familiares, porque muchas veces son despedidas traumáticas, accidentales. Pero esta situación nos está desbordando, porque la carga psicológica nos está empezando a hacer mella», dice, emocionado. «Intentamos por todos los medios llevarlo de la mejor manera posible, incluso apoyándonos entre los propios compañeros, pero hay que entender que explicarle a un hijo, a un padre o a una madre que no se puede despedir de su familiar, por mucho que lo entiendan, es tremendamente complicado. Es muy duro».

¿Sabremos alguna vez la verdad? «Al final se sabrá. Pero la única manera de contabilizar a los fallecidos es acudiendo a los certificados de defunción. Sólo así podremos saber la verdad de esta terrible pandemia».

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