Servicarme: la cooperativa catalana que facilita “esclavos” a empresas en toda España

Trabajadores de Servicarne (Foto: SERVICARNE).
Trabajadores de Servicarne (Foto: SERVICARNE).

La cooperativa Servicarne, con sede en Barcelona, cede trabajadores a importantes empresas del sector cárnico de toda España en unas condiciones laborales extremadamente duras, según denuncian algunos de ellos. Ya ha protagonizado varios conflictos en distintos lugares. El último de ellos ha llegado al Parlamento Gallego, donde el BNG ha llegado a referirse a su situación como de “esclavitud”.

Además de 500 trabajadores, Servicarne cuenta con cerca de 5.000 socios que trabajan en situación de falsos autónomos para la empresa, según ha contado a OKDIARIO un miembro del sindicato CNT. Según su testimonio “en realidad no somos cooperativistas, puesto que no tenemos capacidad de decisión alguna”.

Tras cuatro años de conflictos laborales en distintos puntos de España, el último de ellos tiene como escenario la planta de procesado de Coren en  la localidad pontevedresa de O Porriño, Frigolouro. Como en otros casos, Servicarne firmó un contrato con la empresa cliente para cederle trabajadores que realizaran determinados trabajos. Según el sindicato CIG, en total se cedieron 216 empleados, en apoyo de los cuales la plantilla de la planta de Coren se ha declarado en huelga indefinida.

Planta de Frigolouro (Foto: COREN).
Planta de Frigolouro (Foto: COREN).

En la pregunta parlamentaria que ha presentado, el BNG relata sus condiciones de trabajo: “El personal cooperativista de Servicarne denuncia ritmos de trabajo escandalosos, con jornadas laborales que saben cuando empiezan pero no cuando terminan, los tiempos de descanso no son remunerados, bajas por accidente laboral se disfrazan de bajas por enfermedad, no hay vacaciones, los salarios son muy bajos y las condiciones de trabajo denigrantes. Estos falsos autónomos cobran en función de lo que producen y desconocen los criterios económicos que utiliza la empresa a la hora de pagarles, teniendo salarios entre 600 y 900 euros”.

El sindicalista de CNT con la que ha hablado este periódico confirma estas condiciones, y denuncia que es una situación que se ha repetido en varios puntos de España con contratos firmados con otras empresas como Campofrío o Pico de Oro. Ha dicho que la dirección de Servicarne no informa a los supuestos socios de las condiciones de los contratos, y les impone jornadas de trabajo muy largas, sin descansos y con unas exigencias de producción muy altas. Según su testimonio, si un trabajador pide explicaciones no se le entrega la información solicitada y además se arriesga a sanciones muy duras.

El caso más radical es el de tres trabajadores de Almanzora (Castellón), que tras sus quejas han sido sancionados sin trabajar durante meses. El modo de hacerlo es no asignándoles a ningún centro de trabajo, por lo que no pueden cobrar, según la fuente. Eso sí, a la espera de que se se les asigne en un futuro tienen que seguir pagando su cuota de autónomos para no ser expulsados de la cooperativa.

Antes de llegar a ese punto, según su relato, hay otro tipo de castigo para los supuestos cooperativistas díscolos. El menor son sanciones económicas, de hasta 900 euros o varias semanas sin sueldo por supuestos comportamientos no permitidos en los centros de trabajo. Si eso falla, se recurre al cambio de centro de trabajo. Al estar presente por toda España, se puede decir a alguien, por ejemplo, de Galicia que se le asigna un puesto en Andalucía. Con esto se busca que el propio trabajador pida la baja voluntaria de la cooperativa.

Ya ha habido varias denuncias ante los tribunales. Sin embargo, según la fuente, “hay un vacío legal” debido a que en teoría son cooperativistas autónomos y no empleados. “Pero en ningún caso se nos trata como a miembros de la cooperativa”, denuncia.

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