El Madrid doma a los leones

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James celebra el 2-1 ante el Athletic. (AFP)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

Al Real Madrid le tocaba domar leones antes de ir a Roma. Apenas rotaba Zidane con la avisada entrada de Kovacic por Isco y la presencia de Carvajal en el lateral izquierdo por el lesionado Marcelo. Sin novedad en el resto, porque con un partido a la semana tampoco hay descansos que repartir y no conviene desengancharse de la Liga con la Champions a la vuelta de la esquina.

Los blancos, exigidos por una desventaja con el Barça ya de por sí demasiado amplia a estas alturas de curso, eran un funambulista colgado el Empire State: no se podían permitir tropezar. La intención era tocar la partitura del Bernabéu, que la orquesta de Zidane se sabe al dedillo: apretar arriba, crear ocasiones, ataque total y resolver el duelo en la primera media hora.

Enfrente, un Athletic mermado por las bajas –Raúl García, San José o Williams, como pilares principales– y con el peso de la estadística de llevar una década sin ganar en el Bernabéu. Pero eso no arredra a once tíos del mismo Bilbao. Apostó Valverde de salida por juntar mucho las líneas para cerrarle los espacios al Madrid, pero la pizarra le duró lo mismo que si la hubiera comprado en el chino.

A los dos minutos, una maniobra por la izquierda al toque entre Carvajal y Benzema terminó en una asistencia del francés para el desmarque de Cristiano. Estuvo blandito Iturraspe como el abdomen de Falete y el luso se metió en el área, provocó con su regate un esguince de cadera a Etxeita y definió a la perfección ante Iraizoz: giró el cuerpo a la izquierda y puso el balón en la escuadra derecha. Cristiano cantaba los 20 en Liga.

El Real Madrid repetía el guión de los tres partidos anteriores de la era Zidane. Gol tempranero y domino total. Pudo marcar el segundo Kovacic, que mandaba en la parcela ancha como Amancio Ortega en Zara, después de una contra que el mismo cabalgó y en la que un generoso Cristiano asistió al croata, pero su remate a bocajarro lo sacó Iraizoz.

Un regalo a pachas

Los blancos decidieron entonces pegarse un tiro en el pie. Fue en una jugada absurda, propia de un partido de solteros contra casados. Aduriz se descolgó para filtrar un pase al área, Varane y Keylor se entendieron peor que Rajoy y Pedro Sánchez, el pase del francés se encontró con el portero a media salida y la pifia la aprovechó Eraso para marcar.

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Eraso regatea a Keylor antes de marcar el 1-1. (AFP)

El Madrid acusó el mordisco de los leones y le entraron las prisas por hacer el segundo. Y con las prisas llegaron las pérdidas. El Athletic, cómodo con la pelota, empezó a discutirle el partido al Madrid con un gigantesco Aduriz, que pudo adelantar a los rojiblancos en el minuto 19 con un cabezazo picado que despejó no sin apuros Keylor.

Lo mismo hizo Iraizoz ante un testarazo de un Danilo al que el Bernabéu empieza a coger la matrícula. Los dos equipos intercambiaban ocasiones y estaban tan cómodos con el balón como dolientes cuando les tocaba defender. Al Madrid le faltaba pausa y, sobre todo, le faltaba un Modric desconocido y desaparecido en el césped.

Aduriz gobierna, James decide

Gobernaba el partido Aduriz desde el área madridista. Ganaba todos sus duelos con los centrales y con los laterales cuando caía a las bandas. En el minuto 28 un su remate de primeras, propio del delanterazo que es, se estrelló contra el larguero de Keylor Navas. Cinco minutos después, una internada suya por el costado izquierdo del área no llegó a culminarla De Marcos, que llegó más forzado que la sonrisa de Tita Cervera.

Y cuando más lo necesitaba el Real Madrid apareció James. El colombiano, que estaba realizando un partido discreto, tiró una diagonal de derecha a izquierda y se sacó un zurdazo seco y cruzado que se coló junto al poste derecho de Iraizoz. En su celebración había más ira y más rabia que en un discurso de Maduro. James no celebraba el gol, lo gritaba contra la grada, contra sí mismo, contra el universo.

Encarrilaba el partido el Madrid cuando más mordían los leones. Al filo del descanso, textualmente sobre la bocina, los de Zidane hicieron el tercero. Fue en una sucesión de paredes entre Kroos, Benzema y Cristiano. Ningún jugador del Athletic fue capaz de hacer una falta táctica y la jugada acabó en el área de Iraizoz con el alemán rematando a placer. El 3-1 era un premio demasiado grande para el Madrid y un inmerecido castigo para el Athletic.

El segundo tiempo arrancó con un poco menos de vértigo, pero con ambos equipos muy cómodos con la pelota. Presionaba arriba el Athletic intentando complicar la salida del balón al Madrid, que no encontraba la conexión con Modric. Era Kovacic quien se mostraba más ubicuo, con James progresando adecuadamente.

Modo ahorro de energía

La defensa adelantada de Valverde alejaba a Cristiano y Benzema del área de Iraizoz y el partido se ponía táctico y un poco feo. Todas las ocasiones del primer tiempo se esfumaron como los discos duros de la sede del PP. Apenas una falta de Cristiano y un cabezazo de Sabin a un buen centro de Beñat constituían el único bagaje ofensivo que llevarse a la boca.

Un despiste de Kroos en el 67 acabó habilitando a Aduriz dentro del área, pero la salida de Keylor Navas, rapidísimo y ágil, a los pies del delantero del Athletic evitó el tanto rojiblanco. El Madrid quizá había empezado a activar el modo ahorro de energía antes de tiempo. Danilo y James, fundidos ambos, fueron los dos cambios de Zidane. Entraron Nacho y Lucas Vázquez.

A falta de ocho minutos y con el partido en plena siesta, Álvarez Izquierdo expulsó a Varane por la misma rigurosa acción por la que había visto la amarilla en la primera parte. Demasiado rápido el colegiado desenfundando cartulinas en un partido que fue cualquier cosa menos duro y agresivo.

Pero con Cristiano en el campo, 90 minutos en el Bernabéu sí que son molto longos, así que el luso aprovechó para marcar el cuarto después de un buen pase de Lucas Vázquez en las postrimerías del partido. El Athletic tampoco había dado su último zarpazo, que lo pegó Elustondo con un buen cabezazo ante el que estuvo lento Keylor Navas. Era el colofón de un partido con seis goles que fue entretenido en el primer tiempo y mortecino en el segundo.

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