LIGA: DEPORTIVO VS BARCELONA

El Barcelona empuja primero y se pasea después en Riazor

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Suárez celebra uno de sus cuatro goles ante el Deportivo. (AFP)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

No hay que ser un estudioso del fútbol para detectar que el Barcelona compite muy lejos de su mejor versión, pese a conseguir ocho goles en un mismo partido. El balón circula mucho más lento que antes, dos ejes de la MSN –Messi y Neymar– presentan un nivel lejano a su mejor versión y la presión del equipo de Luis Enrique tiene menos intensidad que en febrero. Con esas piedras en la mochila, los culés recuperaron la autoestima en Riazor ante un Deportivo carente de mala baba.

El Barcelona comenzó con dudas con el balón en los pies. Sin embargo, se encontraban muy cómodos con los huecos que dejaba el Deportivo cuando se estiraba a atacar. Luis Suárez se percató pronto de la situación y generó peligro en diversas situaciones.

El portero local Manu Fernández –pitado durante todo el partido– parecía un flan. Inseguro en sus despejes e incluso en los saques de portería, era cuestión de tiempo que la presión se lo llevara por delante. La colaboración del guardameta en el primer tanto fue tan importante como la del árbitro De Burgos Bengoetxea.

Iniesta puso un centro manso al área pequeña, fácil de blocar para cualquier portero de Primera División. Manu, sin embargo, se quedó inmóvil en la línea de gol y permitió que el balón pasase al territorio donde Sidnei y Luis Suárez pugnaban por la posición. El uruguayo, viendo el balón llegar, usó las manos para deshacerse del central y empalar el balón para abrir el marcador. El colegiado no se inmutó ante el evidente empujón que daba a la Liga.

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Suárez empuja a Sidnei en el 0-1. (Getty)

El Deportivo, lejos de amedrentarse, fue a buscar las cosquillas al Barcelona. La defensa, con Bartra y Alves de pareja en el flanco derecho, hizo aguas en sendas ocasiones clarísimas para los locales con Borges como protagonista. El costarricense se quedó sólo contra Bravo tras un excelente pase picado de Lucas Pérez. El centrocampista tiró a las manos del portero su primer remate.

En la segunda intentona, apenas dos minutos después, Borges se volvió a plantar sólo contra Bravo y ésta vez le intento regatearle sin éxito, encontrándose el cuerpo del chileno cubriendo el hueco. El rechace cayó en el ariete Oriol Riera que, a puerta vacía, mandó el balón a las nubes.

Cuando peor lo pasaban los culés, una genialidad de pase de Messi al primer toque dejó cara a cara a Luis Suárez con Manu Fernández. Era un duelo entre adulto y niño, que evidentemente cayó del lado del pichichi culé. El Depor siguió estirando líneas, pero el Barça ya tenía claro que jugando a la contra iban a destrozar a los locales.

Y Luis Enrique pudo rotar y reírse

El Barcelona tardó menos de 100 segundos en sentenciar el partido en la segunda mitad. Tras una pérdida, Luis Suárez vio entrar sólo a Rakitic por el segundo palo para que el croata consiguiese el tercer tanto. El técnico local Víctor Sánchez del Amo dejó de pensar en ganar el partido y se propuso marcar el gol del honor. Puso toda su artillería en el campo y se llevó un correctivo que difícilmente olvidará.

Los visitantes empezaron a contragolpear al primer toque y en velocidad ante un equipo partido que facilitó la labor de los culés. Luis Suárez, con cuatro tantos, acecha a Cristiano Ronaldo en el galardón de máximo goleador de la Liga. Luis Enrique vio el percal y hasta sacó a Adriano y Rafinha.

Messi, Neymar e incluso Bartra –éste provocó hasta el delirio de Luis Enrique– completaron una goleada engañosa por no haber tal diferencia entre ambos contendientes. Eso sí, el Deportivo pecó de vehemente y se llevó un castigo proporcional a su osadía. El Barcelona vuelve a la senda del triunfo, del gol y de las ayudas arbitrales. Al final todos los empujones, por muy pequeños que parezcan, suman en una competición de 38 jornadas.

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