La NBA interviene a los Sixers por dejarse perder

La NBA ha actuado por el bien de su competición. Los Philadelphia Sixers, una de las franquicias más conocidas del planeta, lleva tres temporadas jugando a perder. En la mejor liga de baloncesto del mundo, la derrota tiene premio y éste no es otro que poder elegir primero entre las jóvenes estrellas universitarias. El plan del equipo desde el verano de 2013 consiste básicamente en cosechar una derrota tras otra para acumular talento joven y establecer una dinastía un lustro después.

Hasta el momento, la liga había contemplado con cierto escepticismo este innovador plan hasta que los resultados le han estallado en la cara. Los Sixers, el sexto equipo en palmarés en la competición, habían dilapidado su marca hasta no importar a nadie. La camiseta que vistieron con honores los Chamberlain, Erving, Barkley o Iverson han quedado manchada por el estigma del biscotto.

La actitud de Philadelphia ha vaciado pabellones de NBA, ha espantado a las televisiones e incluso ha desencadenado un debate sobre la ética en el deporte norteamericano. Adam Silver, comisionado de la NBA, se ha visto obligado a tomar cartas en el asunto tras las quejas de los propietarios del resto de equipos. El directivo ha empujado a los Sixers a realizar una contratación de un hombre respetado en toda la liga. Jerry Colangelo, director de USA Basketball desde 2005 y ex propietario de los Phoenix Suns, se encargará inmediatamente de limpiar la perjudicada imagen del equipo desde el puesto de Presidente de Operaciones.

Tras un inicio sonrojante de un triunfo y 21 derrotas, la NBA no podía permitir a Philadelphia continuar en esa espiral. Además, la liga se ha comprometido cambiar las normas de la lotería del draft a partir de 2017 para que un equipo no pueda contar con multitud de primeras rondas en un sorteo universitario. Los Sixers, sin ir más lejos, podrán seleccionar a cuatro de los mejores jóvenes de Estados Unidos en la primera ronda del draft cuando lo habitual para un equipo es una.

“El estado de Pennsylvania volverá a disfrutar de un buen equipo de baloncesto”. Con esta promesa arrancó Colangelo su andadura en el equipo que puso en jaque a la NBA tras encontrar un agujero legal. Jugar para perder nunca fue una buena idea.