¿Hay unos 10.000 agujeros negros en el corazón de la Vía Láctea?

¿Hay unos 10.000 agujeros negros en el corazón de la Vía Láctea?
¿Hay unos 10.000 agujeros negros en el corazón de la Vía Láctea?

Siempre se ha dicho que, en el corazón de la Vía Láctea, como en el de cualquier otra galaxia del universo del mismo tamaño más o menos o incluso mayor, existe un agujero negro supermasivo. Pero ahora, según un nuevo estudio, resulta que, junto a esto, el núcleo galáctico estaría formado no por uno, sino por muchos agujeros negros, hasta 10.000 o 20.000. Veamos qué dicen estas investigaciones.

El equipo de astrofísicos que han llevado a cabo el descubrimiento pertenece a la Universidad de Columbia. Entre los sorprendentes descubrimientos llevados a cabo, han encontrado como una docena de agujeros negros en las cercanías de Sagittarius A, que es como se conoce al agujero negro supermasivo que forma el corazón de la Vía Láctea.

Así pues, este nuevo descubrimiento confirma una teoría que afirma que en la formación de galaxias se producen miles de agujeros negros masivos en su centro galáctico. Hasta la fecha, no se había localizado algo parecido, hasta ahora, pues sí que podría ser cierto que existen miles de agujeros negros invisibles en el núcleo.

Sin duda, este descubrimiento es un paso más en el descubrimiento del universo y en una mayor comprensión de la inmensidad que nos rodea. Así pues, en los corazones galácticos se encuentran en plena interactuación un sinfín de pequeños agujeros negros invisibles junto con el gran agujero negro supermasivo. Lo que falta ahora es saber cómo es esta interactuación.

Qué pasa en el corazón de la Vía Láctea

Entonces, ¿qué está pasando en el núcleo de la Vía Láctea? Todavía es difícil de explicar. De hecho, el equipo investigador que ha publicado este estudio ha estado más de 20 años observando el corazón de la galaxia para demostrar la existencia de múltiples agujeros negros.

Aun así, y pese a la cercanía del agujero negro supermasivo del centro de la Vía Láctea, se ubica a unos 26.000 años luz, es decir, que no es sencillo de observar. Además, lo rodea un halo de polvo y gas, caldo de cultivo fantástico para que nazcan nuevas estrellas. Sin embargo, muchas de ellas podrían estar convirtiéndose en agujeros negros bajo la influencia de Sagittarius A.

Aunque muchos de estos agujeros negros se quedan aislados, algunos se unen a una estrella y forman lo que se conoce como un binario estelar. Otros se aparean en el centro galáctico, lo que forma una cúspide de densidad que se va llenando según se acerca al agujero negro supermasivo del corazón.

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